jueves, 11 de septiembre de 2008

Evo echó al embajador de EE.UU. en Bolivia

Sebastián Ochoa
Página 12


En el segundo día de tomas a instituciones y organizaciones desligadas del Comité Pro Santa Cruz y la prefectura, el presidente boliviano Evo Morales echó al embajador de Estados Unidos, Philip Goldberg, porque “no queremos separatistas en Bolivia”.

Morales fue duro con el diplomático norteamericano. “Sepan que aquí hay una autoridad externa que conspira contra la democracia. Sin miedo declaro al embajador de EE.UU. persona non grata. Pido al canciller enviar esta decisión para que retorne a su país. En Bolivia no queremos separatistas que atenten contra la democracia”, dijo Morales sobre Goldberg, que hasta 2006 fue jefe de Misión en Bosnia y Kosovo, donde “consolidó la separación y dejó miles de muertos”, según el presidente.

Consideró que los días y noches de violencia en la Media Luna significan “un golpe de Estado civil, cívico y prefectural. En las dictaduras militares se cerraban las radios mineras, ahora los cívicos van por las radios campesinas. No hay dónde perderse”.

Y sostuvo: “No permitiremos que algunas familias, algunos grupos, hagan de este palacio un centro de negociados. Me preguntaron si me asusta lo que pasa, ¿por qué asustarme? Estos momentos son para organizarnos, para concientizarnos y para defender a la patria”.

Mientras los militantes de la autonomía departamental siguieron en la toma de instituciones y organizaciones, los campesinos bloquearon los pocos caminos que no tenían bloqueados los cívicos.

El grupo de 60 jóvenes que el martes y la madrugada de ayer tomó diez entidades independientes del comité y la prefectura cruceña se echó a descansar. Pero los cívicos se mantuvieron sobre la ola para tomar “pacíficamente” la Caja Petrolera de Salud y la Confederación de los Pueblos Indígenas de Bolivia (Cidob). Y en Chuquisaca ocuparon una planta de gas que va a Argentina.

En La Paz, Morales dijo que estos grupos “antes eran enemigos del pueblo y de la patria desde este palacio. Ahora se encierran en prefecturas para atentar contra la unidad de Bolivia”. Morales habló ante decenas de adolescentes participantes del programa “Mi Primer Empleo”. Empezó didáctico: “Tenemos que respetar a nuestras hermanas y hermanos. Cuando era chico, mi papá me decía ‘Evito, si quieres ser respetado debes respetar a tus mayores y a tus menores’.”

De pronto, pasó a referirse a que “algunos grupos no sienten respeto por nuestra patria, la democracia, la unidad del país, lo que es inaceptable”, dijo en referencia la Media Luna o Consejo Nacional Democrático (Conalde), que agrupa a prefectos y cívicos de Santa Cruz, Beni, Tarija, Chuquisaca y Pando, todos vinculados a los gobiernos del ex dictador Hugo Banzer o del acusado de genocidio Gonzalo Sánchez de Lozada, al menos en el caso de los prefectos.

El martes, en la ciudad de Santa Cruz, grupos vinculados a la Unión Juvenil Cruceñista (UJC), grupo de choque del Comité Pro Santa Cruz, destrozaron, robaron y quemaron las oficinas de Impuestos Nacionales, Grandes Contribuyentes, el Instituto Nacional de Reforma Agraria (INRA), la radio Patria Nueva, la estatal Televisión Boliviana y el Centro de Estudios Jurídicos e Investigación Social (Cejis), una organización que da asesoramiento legal a campesinos e indígenas. El enojo del autoproclamado “pueblo cruceño” obedeció a la negativa del gobierno nacional a devolver a las prefecturas el 30 por ciento del Impuesto Directo a los Hidrocarburos (IDH), restados para financiar una renta vitalicia de vejez. Según el Palacio Quemado, la suma reclamada sólo representa el seis por ciento de lo que reciben las prefecturas.

A este motivo se agregó la repulsa cívica a la nueva Constitución, que Morales intenta refrendar. El 25 de enero de 2009 se elegirá prefecto donde fueron revocados: La Paz y Cochabamba. El gobierno espera una ley del Congreso para agregar ese día la consulta constitucional.

El martes terminó con 50 heridos, 13 de ellos policías. El prefecto Rubén Costas justificó la violencia: “Lo sucedido es consecuencia del terrorismo de Estado del gobierno, de su ceguera, que impide reconocer el derecho de los pueblos, la determinación libre y soberana por las autonomías departamentales”. Ayer, al cierre de esta edición, los unionistas intentaban tomar la estación de ómnibus y ferrocarriles.

Los cívicos del Chaco boliviano tomaron en la madrugada de ayer el campo Vuelta Grande, entre Santa Cruz y Chuquisaca, administrado por la argentina Panamerican Energy. Cerraron 26 pozos gasíferos. Cuando llegaron, sólo dos soldados vigilaban, mientras los 25 restantes dormían.

En la ciudad de Tarija, cívicos y empleados de la Prefectura tomaron el aeropuerto local e intentaron hacer lo mismo al Mercado Campesino. Pero tras dos horas de lucha con ocho heridos de ambos bandos, los atacantes se retiraron. Pero cortaron la luz a los campesinos para que no pudiera transmitir la radio Patria Nueva que custodian.

El gobierno decidió no dictar el estado de sitio en Santa Cruz, ya que “por un grupo de 500 a 1000 malandrines no vamos a alterar la vida de un millón de cruceños”, dijo el ministro de Defensa, Walker San Miguel.