domingo, 31 de agosto de 2008

Moral y luces

Luis Britto García


El diputado que promueve los casinos instaló casinos en los cuarteles y ya no hay cuarteles sino casinos. El diputado que promueve los casinos instaló casinos en las leyes y ya no hay leyes sino apuestas. El diputado que promueve los casinos instaló casinos en los tribunales y ya no hay sentencias sino jugadas. El diputado que promueve los casinos instaló casinos en Palacio y ya no hay Palacio sino dados. El diputado que promueve los casinos colocó traganíqueles en los abastos y ya no hay alimentos sino apuestas. El diputado que promueve los casinos instaló maquinitas en las escuelas y ya no hay escuelas sino prostíbulos. El diputado que promueve los casinos metió ruletas en los partidos y ya no hay partidos sino fichas. El diputado que promueve los casinos instaló timbas en los hoteles para turistas y desde entonces no hay turismo sino crimen organizado. El diputado que promueve los casinos instaló bingos en los hogares y ya no hay ciudadanos sino tahúres. El diputado que promueve los casinos instaló casinos en la revolución y ya no hay revolución sino cuanto hay pa eso. El diputado que promueve los casinos convirtió al país en un casino y ya no hay país sino mugre. El diputado que promueve los casinos instaló traganíqueles en los barrios de los paramilitares y ya no hay diputados sino paramilitares.

FUGA DE CEREBROS
Últimamente parece haberse intensificado la fuga de cerebros. Detrás de muchas caras eminentes, bajo demasiadas frentes epónimas, empieza uno a sospechar la ausencia de un cerebro fugado o que nunca estuvo. Parecen irse, dejando tras de sí sólo rostros grises y arrugados como sus circunvoluciones. Después de su partida deshabitan tantos seres que como cascarones vacíos pululan en las instituciones, en las academias, en las asociaciones. A veces la fuga se produce masivamente, a veces huyen amenazados por la vaciedad de quienes han perdido su propia masa encefálica y no toleran que otros la conserven, o la exorcizan con vacuas fórmulas y repeticiones. Como para advertir la ausencia de cerebro hay que tener uno, parece que cuando el último se haya dado a la fuga, se volverá a la normalidad.

FÁBRICA DE CADÁVERES
Las inquietudes sobre el propósito del cosmos se han apaciguado ante la evidencia de que no es otro que la apropiada fabricación de cadáveres. Desacertadamente especulan algunos que su finalidad, es la vida, pero en la medida en que toda vida tiende a su extinción, el perfeccionamiento sólo se logra cuando sus estructuras orgánicas quedan inmovilizadas, como una obra de arte que sólo en su inutilidad culmina. Todo sigue en el universo en una febril agitación; más allá del cadáver no hay nada. Podría ser el mundo entero un vasto cadáver, pues hay más materia muerta que viva. Con el último suspiro de los suspiros su finalidad por fin se habrá cumplido.

ÚNICO
Sólo un ser existió, existe, existirá y es el que en este momento lee estas líneas. Muchos aparentes seres pululan a tu lado, te molestan o favorecen, pero de ellos sólo conoces la torpe multitud de los actos y nunca la interioridad que te permita establecer si en verdad existen o si son sólo autómatas con apariencias de pensamiento. También un fonógrafo habla y una calculadora razona, una animación de computador gesticula y un muñeco de cera aparenta facciones. Pero imposible es saber qué hay en el fondo de tantas miradas sin fondo. Hasta un animal huye o amenaza sin que eso que dentro de él fulgura demuestre la palpitación del existir. No tienes conciencia de que haya otras conciencias ni de que existan otras existencias. Los discursos con los que los otros te atormentan son tus propias y contradictorias voces, por descansar de las cuales las atribuyes a bocas externas. En el sueño pero en la vigilia también estás rodeado de sombras en las que crees y que creas. La pobreza del universo es de tu propio tamaño. Este párrafo ha sido escrito por ti mismo; la prueba es que has dispuesto todo para que te llegue en medio del diluvio de los infinitos mensajes del mundo, y por el mismo hecho de que era inevitable que te llegara, te sorprendes al leerlo.

LA PALABRA JUSTA
Ofreció Jehová que si se encontraban diez justos en Sodoma y Gomorra, suspendería la lluvia de fuego dispuesta para incinerarlas. Presiento que diez palabras justas pueden salvar un texto de sus depravaciones, pero a veces no localizo ni una. En cada oración me salen al paso las sobrantes, las redundantes, las cacofónicas, las incoloras, las ambiguas, y las peores de todas, las de relleno. En la cárcel del diccionario busco la palabra justa, pero me elude como el grano de arena disimulado en el desierto. Igual que todo justo, teme pagar por los pecadores. Parece que todas las palabras justas las gastó Nietzsche en defensa de la injusticia. Una palabra justa puede expresar justamente algo que no lo sea.

ADVERTENCIA
Se ha determinado que a la oportunidad la pintan calva y que no se repite. La ocasión del amor perfecto y la de la obra maestra y la de la revolución no deben ser postergadas porque son una sola y porque sin ellas la vida transcurrida se hace abominable y la por transcurrir asimismo. Quizá sólo valen porque a su vez te dan la oportunidad de saber que estás vivo. Hay un museo de las oportunidades perdidas en donde cada una de ellas se va haciendo progresivamente más pesada hasta aplastarse y aplastarnos y por más que hagamos no podemos quitárnoslo de encima. El infierno es estar encerrado en él, y la única salida aprovecharlas.

VIENEN
Vienen aquí los de siempre. Vienen aquí los de nunca. Vienen acá los de nada. Vienen aquí los de jamás. Vienen aquí los de quiénes. Vienen acá los de cuáles. Vienen allá los de cuántos. Vienen acá sólo los solos. Vienen allí los ningunos. Vienen todos los idos.

BIOGRAFÍA
Ninguna otra cosa más ha hecho que firmar claudicaciones y llamarlas victorias.


PD: Román Chalbaud me exhibió el demo de la película que dirigió sobre Zamora, filmada según mi guión. Son dos horas magníficas. Espérenla para enero.

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De las ideas y del cambio

Jorge Gómez Barata


Los hechos y los comportamientos son las ideas en estado práctico. “Todo lo que los hombres hacen pasa antes por sus cabezas”. Se trata de una compleja interacción que explica la capacidad de la mente humana para reflejar la realidad, recrearla y transformarla. Esos procesos, aunque se realizan a escala individual, por su origen, naturaleza e impacto son inequívocamente sociales.

Dado su carácter social, las ideas se constituyen y se expresan como sistemas. El más general de ellos es conocido como “conciencia social”, entidad que pudiera ser resumida como la opinión que en un determinado período histórico la humanidad tiene de sí misma y que expresa un estado de consenso acerca de la política, la moral, el derecho y la fe. Por esa cualidad, en las sociedades modernas, la conciencia social es el principal elemento cohesionador de la estructura social.

Esa percepción globalmente compartida se forma en grandes períodos de tiempo y se nutre de la herencia cultural y del aporte de miríadas de generaciones. Eso explica que en esta época histórica, por ejemplo, exista cierta homogeneidad en el credo acerca del Estado, la democracia, la propiedad, el mercado, el dinero, el poder y otros elementos de las relaciones entre las personas.

En cuanto a sistemas de ideas, por su alcance, le sigue en orden la ideología, que para mi consumo y el de mis alumnos resumo como “la conciencia social de las clases”. Se trata por tanto de un bloque de pensamiento que une a la clase -a la vez que la distingue de las otras- y en lugar de cohesionar a la sociedad la fragmenta, promueve la confrontación de los diferentes estamentos y es sostén de la lucha de clases.

Esta comprensión se completa con la inteligencia acerca de que las ideas dominantes en una época histórica son las ideas de la clase dominante que, además del control económico, ejerce el poder político, controla el Estado y se sirve del mismo para imponer su ideología. Los no iniciados pueden confundir las ideas de la clase dominante con la conciencia de la sociedad.

La importancia de estas meditaciones teóricas y otras menos didácticas y más completas y profundas permiten comprender el terreno que se pisa y asumir que los movimientos políticos, sobre todo aquellos que tienen la vigencia y la fuerza suficiente para modificar los perfiles de las épocas históricas y los líderes que los encabezan, son resultado de circunstancias históricas.

Hubo un tiempo en que la única forma de ser progresista en Europa era ser antimonárquico y anticlerical, entre otras cosas porque la monarquía y la curia se habían convertido en sostén del feudalismo, devenido entonces en un modo de producción retrogrado. La época actual dicta otras pautas y arroja otros resultados.

Si bien en términos económicos y tecnológicos, la globalización es un hecho irreversible y en general positivo, no ocurre lo mismo en la esfera política. Pretender homogenizar el sistema político a partir de la democracia liberal, soslayando las enormes diferencias entre las realidades de Africa y América Latina con las de Europa y los Estados Unidos, es política y científicamente erróneo.

No obstante, no es la realidad económica la que retrocederá para acomodarse a la política, sino a la inversa: la política deberá colocarse a la altura de las exigencias de una globalización que en su diseño, a la larga, deberá excluir el elemento neoliberal, que es incompatible con el avance de los pueblos menos desarrollados.

América Latina está cambiando y avanzando hacía sistemas políticos modernos, democráticos y esencialmente socialistas, no sólo por tener una hornada de lideres de lujo, sino porque existe la necesidad social del cambio. No se trata de restar merito a quienes conducen los proceso avanzados en nuestros países, sino de reforzar su autoridad con la convicción de que avanzan en el mismo sentido que la historia.

La buena noticia es que el imperio no puede evadir estas realidades y también deberá introducir ajustes en su comportamiento. No se trata ahora de revoluciones locales, sino de una época revolucionaria que debuta en América Latina y a la cual la oligarquía primitiva y antidiluviana, la democracia cooptada como tampoco el subdesarrollo y la pobreza, pueden sobrevivir. “Una necesidad social, dijo un brillante socialista, puede más que cien universidades”. Exactamente de eso se trata ahora en América Latina: hacer lo que es necesario hacer.

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sábado, 30 de agosto de 2008

Denver e Iraq: teatro y realidad

Juana Carrasco Martín


La audiencia de transeúntes generalmente los apoya. Unas dos docenas de veteranos de guerra han llevado el teatro de calle a Denver, en momentos en que los demócratas celebran su Convención Nacional en el Pepsi Center. Han dramatizado lo que hicieron o vieron durante su servicio en Iraq: atemorizan, empujan, gritan, detienen y ultrajan a los que hacen el papel de iraquíes. Su esfuerzo contra la guerra de George

W. Bush les gana el apoyo de quienes el diario The Denver Post califica de «dos renombrados miembros del movimiento antibélico», el representante Dennis Kucinich y Ron Kovic, un veterano de la guerra de Vietnam que quedó entonces paralizado por una bala en su espina dorsal; él les dijo: «Ustedes son... la verdad que debe ser dicha».

Y una parte de esa verdad fue revelada este miércoles por The New York Times, cuando informó sobre la declaración bajo juramento que hicieran en enero pasado, ante investigadores del ejército en una base militar de EE.UU. en Alemania, dos soldados estadounidenses, el sargento de primera Joseph P. Mayo, y el sargento Michael P. Leahy Jr. En ella relatan cómo ejecutaron a tiros a cuatro prisioneros iraquíes, esposados y vendados, en la orilla de un canal de Bagdad, en marzo o abril de 2007, los arrojaron al viaducto y tranquilamente volvieron a su base en los vehículos de su pelotón y acompañados por el resto de los hombres de su unidad que les esperaban. Ambos dijeron haber actuado siguiendo las órdenes del sargento primero John E. Hatley, quien disparó él mismo a la cabeza de dos de esos detenidos.

Asegura el diario neoyorquino que obtuvo los documentos de una persona —que insistió en el anonimato— cercana a uno de estos soldados de la Compañía D, Primer Batallón, Segundo de Infantería, de la 172 Brigada de Infantería. Ninguno de los tres militares ha sido acusado todavía por estos asesinatos, demostrativos de los crímenes de guerra por los que debiera ser juzgado, en primera instancia, el señor de la Casa Blanca y su equipo.

En las revelaciones del New York Times sobre las declaraciones, se afirma que otros miembros del pelotón fueron testigos u oyeron los disparos, y es sabido que estos tres militares no son casos únicos en esa unidad emplazada en Iraq, pues el mes pasado otros cuatro soldados bajo el mando de Hatley enfrentaron cargos de conspiración para matar a cuatro prisioneros desarmados. Se trata de los especialistas Steve A. Ribordy y Berlmor G. Ramos, el sargento mayor Jess C. Cunningham y el sargento Charles P. Quigley.

Cuando se conoce este bárbaro proceder que viola las leyes internacionales y las de EE.UU., se supo también que Estados Unidos «pidió permiso» para mantener su presencia militar en Iraq hasta 2015, pero que el gobierno de Jalal Talabani les puso una cota, el 2011. El ejercicio de «independencia» tiene a su vez su valladar, pues al detallar las negociaciones sobre el pacto bilateral de seguridad que negocian respecto a los 145 000 soldados que ocupan el país mesopotámico, el presidente iraquí admitió: «Iraq tiene el derecho, si lo considera necesario, de extender la presencia de esas tropas»...

El sabor de la guerra es así de amargo. EE.UU. llevó la muerte cierta a las calles de cada ciudad iraquí y abrió para sí una nefasta Caja de Pandora con todos sus males... Y no es teatro, es la más horrenda y cruel realidad.

Pero la comedia de la democracia que se expone en Denver, y se extenderá la próxima semana a St. Louis, con similar espectáculo carnavalesco de los republicanos, hace sordina con su ruidoso alboroto a la verdad de una guerra y sus crímenes...

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viernes, 29 de agosto de 2008

Lo que no se dijo sobre Cuba

Reflexiones del compañero Fidel
Lo que no se dijo sobre Cuba


Observé cuidadosamente las reacciones mediáticas de Occidente a mi reflexión del domingo sobre los Juegos Olímpicos en China. Hechos sensibles incluidos en ella fueron totalmente ignorados; otros aspectos eran exaltados adíbitum por los defensores de la explotación y el saqueo del mundo.

Veamos:

"Fidel Castro culpó hoy a los jueces y a la mafia del pobre papel de la delegación cubana en los Juegos Olímpicos. También justifica al taekwondoca cubano Ángel Valodia Matos, suspendido de por vida por darle una patada en la cabeza al árbitro, y le manifiesta su total solidaridad."

"El ex presidente cubano llamó el lunes a realizar una profunda revisión del deporte en Cuba. También expresó su solidaridad con un atleta suspendido de por vida junto a su entrenador, por agredir a un juez."

"Castro manifestó total solidaridad con el taekwondoca inhabilitado de por vida por agredir a un árbitro y un juez."

"Castro, solidario con el taekwondoca cubano inhabilitado por agresión."

Es larga la lista de párrafos similares. Fue el patrón de información que divulgaron. No esperaba otra cosa. Estaba condenado, como los boxeadores cubanos, ante árbitros y jueces sobornados, y sabía bien lo que publicarían.

Del hambre, la subalimentación, la carencia de medicinas, instalaciones y equipos deportivos que padece el 80 por ciento de los países que allí compitieron, no se menciona una palabra, como era de esperar.

Aplaudí el mérito del país que organizó los últimos Juegos Olímpicos. No vacilé en reconocer las extraordinarias cualidades de los atletas que alcanzaron éxitos. Aprecié las alegrías, emociones y aspectos humanos que transmitieron a miles de millones de personas los galardonados. De modo especial valoré el mensaje de paz que entraña una Olimpiada, frente al incesante espectáculo de matanza, destrucción, genocidio y peligro real de exterminio que la especie humana soporta cada día.

Lo que no se dijo de Cuba:

1. Es el único país donde no existe el deporte profesional.

2. Es el único país que hace años creó una gran Escuela Internacional de Educación Física y Deporte de nivel superior, donde se han graduado muchos jóvenes del Tercer Mundo y donde estudian en la actualidad alrededor de 1 500 alumnos sin pagar un solo centavo.

3. Es el único país en el que sus atletas de alto rendimiento estudian gratuitamente como profesores de Educación Física y Deporte y ha graduado en centros superiores de enseñanza a decenas de miles de ciudadanos en esa especialidad, quienes prestan sus servicios a niños, adolescentes, jóvenes y personas de todas las edades. Trabajan además muchos de ellos como cooperantes en el Tercer Mundo, con un costo mínimo, o gratuitamente en determinados casos. Así han contribuido al desarrollo internacional del deporte.

4. Es el único país, entre los que participaron en las Olimpiadas de Beijing, económicamente bloqueado por el imperio más poderoso y rico que existió jamás.

5. Es el único país, entre esos mismos participantes, al que se aplica una Ley de Ajuste, que además de los frutos sangrientos, viabiliza y estimula el robo de atletas cubanos.

6. Nuestro país ha destinado un hospital especializado para atender la salud de los atletas de alto rendimiento.

Las verdades no pueden ocultarse bajo la anestesia y los fuegos artificiales de los Juegos Olímpicos.

Cuba ocupó el quinto lugar por medallas de oro en Barcelona en el año 1992, cuando estábamos ya en pleno período especial.

En los últimos Juegos obtuvimos todavía 24 medallas entre oro, plata y bronce, una cifra mayor que cualquier otro país de América Latina y el Caribe.

No vacilemos en analizar objetivamente nuestra actividad deportiva y en prepararnos para futuras batallas, sin olvidar, reitero, que "en Londres habrá chovinismo europeo, corrupción arbitral, compra de músculos y cerebros, costo impagable, y una fuerte dosis de racismo".

Cuando escribo estas líneas recuerdo que un ciclón, Fay, nos visitó en medio de las Olimpiadas. A la misma hora en que arribaba ayer el grueso de nuestra delegación, apareció la noticia de que otra perturbación ciclónica apuntaba directamente a las provincias orientales. Hoy su fuerza es mayor y se ubica en una trayectoria más peligrosa. Hay que fortalecer no sólo los músculos del cuerpo, sino también los del espíritu.

¡Suerte que tenemos una Revolución! Está garantizado que nadie permanecerá en el olvido. Si se pierden vidas, no serán cientos o miles, por un ras de mar, como en Santa Cruz del Sur el 9 de noviembre de 1932, o un Flora el 3 de octubre de 1963, que inundó el corazón de las provincias del Este de Cuba, sin una sola presa reguladora como las de hoy, que son además fuentes de regadío y agua corriente. Una fuerte, enérgica y previsora Defensa Civil protege a nuestra población y le ofrece más seguridad frente a catástrofes que en los Estados Unidos. Ningún peligro debe ser, sin embargo, descartado.

No hay que dormirse tampoco sobre los laureles. La frecuencia e intensidad crecientes de estos fenómenos naturales demuestra que el clima cambia por culpa del hombre. Los tiempos exigen cada vez más consagración, más firmeza y más conciencia. No importa que los oportunistas y vendepatrias también se beneficien sin aportar nada a la seguridad y el bienestar de nuestro pueblo.

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jueves, 28 de agosto de 2008

¿Un atentado contra Obama?

Juana Carrasco Martín


Cuatro son los detenidos. Han trascendido los nombres de tres: Tharin Gartrell, Nathan Johnson y Shawn Robert Adolf. También sus fotos, donde en algún caso destaca la mirada torva, en casi todos los cabellos rubios, los ojos claros, y en todos la blanca piel...

Dice la policía de la ciudad de Denver, en el estado de Colorado, especialmente reforzada para cuidar de la Convención del Partido Demócrata, que el aspirante presidencial Barack Obama «nunca estuvo en riesgo», pero la acusación contra estos hombres vinculados a grupos de supremacía blanca, lo desdice: querer organizar un atentado en contra del senador negro que lleva como consigna de su campaña electoral una palabra de mucho significado, si se cumpliera al final, «cambio».

El domingo 24 de agosto, víspera de la inauguración del espectáculo electoral en el Pepsi Center, una patrulla para un pickup rentado, marca Dodge, conducido por Gartrell, porque sospecha que está ebrio. El registro de rutina al camioncito los lleva a descubrir dos rifles de alto calibre, uno de ellos con rosca para silenciador, varias cajas de municiones, una mirilla telescópica, un walkie-talkie, un chaleco antibalas, una peluca y metanfetaminas.

No ha sido explicado públicamente, pero esa detención lleva a que la policía vaya a un hotel en la intersección de la carretera Interestatal 25 y la Avenida Belleview Este, a las 4:30 de la madrugada y arreste allí a Nathan Jonson. Según los reporteros del diario The Denver Post, 30 minutos más tarde los agentes se presentan en otro hotel, el Cherry Creek, en el número 600 Sur del Bulevard Colorado en Glendale, pero cuando tocan a la puerta de la habitación del hombre que andan buscando, en el sexto piso del inmueble, este salta desde la ventana hacia un toldo cuatro pisos más abajo y de ahí al suelo, pero se rompe un tobillo. Se trata de Shawn Robert Adolf, a quien le imponen una fianza de un millón de dólares.

El jefe de la policía de Glendale, Victor Ross, reveló a la prensa otra detención, un juvenil del que no se dio el nombre. Tampoco publicitó qué encontraron las autoridades en los cuartos de los hoteles, pero se le fue la lengua cuando aseguró que los interrogatorios hechos por el Servicio Secreto determinaron que había «una amenaza creíble» dirigida contra Obama.

En la noche del lunes, un reporte de KCNC-TV, Canal 4, la filial en Denver de la cadena CBS, daba un indicio a considerar: Johnson le habría dicho al Servicio Secreto que el grupo planeaba matar a Obama durante su discurso de aceptación de la candidatura, el jueves por la noche en el estadio de fútbol rugby Invesco Field, donde los demócratas esperan la presencia de más de 70 000 personas.

«Él no pertenece a la oficina política. Los negros no pertenecen a la oficina política. A él se le debe disparar», dijo Johnson, quien admitió que los otros involucrados habían hecho declaraciones racistas sobre Obama y habían discutido matarlo.

Como el periodista le preguntó directamente si había un complot para matar a Obama, Nathan Johnson contestó: «Veámoslo así, yo no quiero decir “sí”, pero yo no quiero decir “no”», y negó estar involucrado en algún complot.

Muy pronto, la versión opuesta salió a la luz; el fiscal federal del estado, Troy Eid, afirmó este lunes que está «absolutamente confiado en que no existe ninguna amenaza creíble contra el candidato, la convención demócrata o el pueblo de Colorado».

Durante su comparesencia este lunes ante la corte, Johnson usaba un pulóver en el que podia leerse: «Si yo no lo recuerdo, ello no sucedió». ¿Acaso un aviso para que todos miren a otro lado, para que nadie recuerde cómo fue asesinado el aspirante presidencial demócrata Robert Kennedy, y se eche polvo sobre más de un «oportuno» magnicidio en la historia política estadounidense?

Sin alarmismos inútiles, más les vendría no olvidar una historia con no pocas escenas de crimen, y se sabe que el Servicio Secreto le ha dado protección a Barack Obama desde hace varios meses, convirtiéndolo en el candidato que más tempranamente ha sido foco de atención de los cuerpos de seguridad en toda la historia de los procesos electorales estadounidenses... Entonces, ¿realmente Obama «nunca estuvo en riesgo»?

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miércoles, 27 de agosto de 2008

Beijing y unos números contundentes

Norelys Morales Aguilera


El lugar 27 de Cuba en el medallero olímpico el día 23 de agosto es una victoria. La distribución de preseas por países se parece a nuestro actual mundo: para los que tienen más desarrollo y dinero es la gran cosecha de medallas. Los casos de Jamaica y Cuba por América Latina llaman a pensar en esta parte del mundo y es el sistema participativo la clave de sus aciertos.

No obtener medallas de oro en béisbol, boxeo o voleibol femenino fue una sacudida para los habitantes de Cuba, que siguieron en vivo las incidencias durante todas las madrugadas. A más de uno podía escucharse cuando se refería a su insomnio voluntario, tomando en cuenta la diferencia horaria con China. Como en cualquier parte, se quiere lo más alto del podio, tanto atletas como aficionados. El deporte como derecho del pueblo hace pensar siempre en la gloria olímpica, sin dudas.

Pero, pasado el instante de la emoción llega la reflexión. El ejercicio competitivo es un ámbito de renuevo constante y quien más invierte puede llevar a sus atletas más lejos, pero hay algo insustituible, la persona, lo que el deporte puede aportarle como calidad de vida. En eso se piensa en Cuba. Aunque, sí, siempre hay algún caso excepcional de medallista que se impone por su calidad, y esa fue la historia olímpica de Cuba antes de 1959. Honor para ellos.

A partir del lugar 79 por países ninguno obtuvo ni una medalla entre los más de 200 Comités Olímpicos nacionales que llevaron algún atleta a Beijing. Los cinco primeros puestos del medallero obtuvieron cientos de preseas. Ese es el más fiel reflejo de las desigualdades que padece nuestro mundo actual. Se sabe que un análisis de este tipo no puede ser en base a frías estadísticas. La tradición, la cultura, los ambientes, etc. son elementos que también influyen en competencias. Pero, esos números son contundentes.

Los modestos y corajudos atletas de la mayor parte de la geografía universal quedaron como abrumados espectadores en el área de competencia viendo casi de lejos un sueño. Y, como si fuera poco, en alguna que otra parte, algún compatriota que se destacó, ahora nacionalizado en cierta capital del Norte, ya no defiende los colores patrios, donde seguramente dio sus primeros pasos hacia la gloria olímpica. Algunos son tan viles como el abanderado de la delegación norteamericana, que ni menciona aquel país africano donde abriera los ojos. Todo un símbolo.

Aun en las actuales condiciones de desigualdad eso podría ser distinto. Por ejemplo, uno de los deportes más mercantilizados, como es el fútbol, hace respetar en sus contratos la representación por sus países de origen para los atletas profesionales. Si no fuera así Argentina o Brasil, no podrían tener sus destacadísimos planteles porque especialmente los equipos europeos irían plagados de nombres latinoamericanos o africanos.

Los especialistas tienen tela por donde cortar acerca de las Olimpiadas del 2008 en Beijing. China ha dado un maravilloso escenario, precedido de un devastador terremoto y críticas mal intencionadas de todo tipo. En el mundo no se detuvieron las guerras, como hacían los antiguos griegos, peor, el presidente Bush tuvo la peculiar actitud de emborracharse en las competencias, mientras los halcones de la guerra con su indudable consentimiento hacían de las suyas en el Caucazo. Vaya ejemplo del Imperio.

Ojala en el 2012 en Londres alguien pueda decir que los juegos olímpicos están reflejando un mundo distinto.

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martes, 26 de agosto de 2008

Cheney, Bush y Habbush

Amy Goodman


La Presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, se encuentra en una gira de promoción de un libro y está siendo acosada por activistas e interrogada sobre la declaración en la que manifestó que "el juicio político está totalmente descartado." Recientemente, respondió en el programa de televisión "The View" : "Si alguien estuviera al tanto de un delito que el presidente hubiera cometido, entonces la cosa sería completamente distinta."

El periodista Ron Suskind, ganador del Premio Pulitzer, puede haber proporcionado las pruebas que Nancy Pelosi no quiere ver. Suskind acaba de publicar un libro titulado "The Way of the World". En él, Suskind lanza una acusación incendiaria: que el gobierno de Bush ordenó a la CIA que falsificara una carta para apoyar las afirmaciones de que Irak poseía armas de destrucción masiva y tenía vínculos con Al-Qaeda. También se revela que la persona cuyo nombre figura en la carta falsificada, el ex director de inteligencia de Irak, el hombre que era la jota de diamantes en el juego de naipes de los "más buscados" del ejército de Estados Unidos, Tahir Jalil Habbush, recibió un soborno de 5 millones de dólares.

Suskind grabó las entrevistas que mantuvo con agentes clave de los servicios de inteligencia británicos y estadounidenses, quienes le afirmaron que se realizaron reuniones secretas con Habbush. En esas reuniones Habbush insistió en que Irak no poseía armas de destrucción masiva, y dijo que las evasivas de Saddam Hussein sobre esas supuestas armas estaban más bien motivadas en la intención de proteger a Irak de sus vecinos, principalmente de Irán. Suskind entrevistó a Rob Richer, un agente de la CIA de carrera (que renunció a la Agencia para aceptar un alto cargo en la empresa militar privada Blackwater, donde dirige las nuevas operaciones de espionaje privado). Richer le dijo a Suskind que George Tenet, el entonces Director de la CIA, le encargó la misión de ocuparse de la operación de la carta falsa:

Richer: Lo que recuerdo es a George diciendo, "Hemos recibido esto de".básicamente, de parte de lo que George dijo era el "downtown".

Suskind: ¿Eso quiere decir de la Casa Blanca?

Richer: Sí. . Me jugaría mi reputación y diría que venía del vicepresidente.

Suskind: Tenía el membrete de la Casa Blanca.

Richer: Exacto.

Tras la publicación del libro de Suskind a principios de este mes, Richer emitió un "desmentido ambiguo" cuidadosamente redactado, que según Suskind pone en evidencia la enorme presión bajo la que se encuentran Richer y otras personas como él para que hechos importantes se mantengan silenciados. El dato clave se mantiene en pie: Habbush, en enero de 2003, aseguró a los servicios de inteligencia británicos y estadounidenses que no había armas de destrucción masiva. Es decir, se contaba con esta información con el tiempo suficiente como para detener la invasión. Richard Dearlove, el entonces Director de la Inteligencia Británica (MI6), voló a Washington para entregar este informe contundente. En lugar de cancelar la invasión, Estados Unidos trasladó en secreto a Habbush a Jordania y le pagó 5 millones de dólares. Cuando no se encontraron armas de destrucción masiva Habbush se convirtió, según Suskind, en "material radiactivo dentro de la Casa Blanca. todo el mundo tenía pánico de que Habbush apareciera en la pantalla de televisión en aquel verano en el que salió a la luz el escándalo de Joe Wilson y Valerie Plame"; es decir, Habbush podría empeorar los problemas políticos a los que se enfrentaba la Casa Blanca en relación con su justificación de la guerra.

En septiembre de 2003, con Habbush silenciado, se urdió el plan para proporcionar la carta que solucionaría todos los problemas de la Casa Blanca: una carta, antedatada en julio de 2001, manuscrita por Habbush, que indicaba que Mohamed Atta, el cabecilla de los atentados del 11 de septiembre, había recibido entrenamiento en Irak para el secuestro del avión y que Al-Qaeda también había ayudado a Irak a conseguir uranio de Nigeria. La carta fue falsificada y filtrada en Bagdad. Con esa información en mano, un analista británico de orientación conservadora, Con Coughlin, escribió un artículo que apoyaba la línea argumentativa del gobierno de Bush. La información se expandió rápidamente por toda la prensa internacional.

A partir del lanzamiento del libro de Suskind, el congresista John Conyers, Presidente del Comité Judicial de la Cámara de Representantes, puso en marcha una investigación. Le pregunté a Conyers si está habiendo conversaciones para formar una comisión bipartidaria que investigue las acusaciones. El presidente del Comité Judicial respondió: "Hay cuatro comités, y en breve se dará a conocer de qué manera se relacionan entre sí." Suskind ha tenido noticias de que también está investigando el asunto el poderoso Comité Selecto de Inteligencia del Senado, que preside el senador Jay Rockefeller.

El Congreso debería averiguar : ¿Quién autorizó el pago de los 5 millones de dólares a Habbush? ¿Dónde está Habbush? ¿Será llevado al Congreso para declarar? ¿Quién autorizó la operación de fabricación de la carta? ¿Qué otros posibles motivos ajenos a los políticos puede haber para no desclasificar el informe Dearlove que asegura que no había armas de destrucción masiva en Irak?

Las próximas Convenciones Nacionales que realizarán ambos partidos para nominar formalmente a sus candidatos presidenciales estarán llenas de vagas promesas de cambio. El Congreso debería demostrar esa voluntad de cambio e investigar en profundidad a Cheney, Bush y Habbush.

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Los demócratas a punto del show

Juana Carrasco Martín


El senador Joseph Biden acompañará como candidato vicepresidencial a Barack Obama en la carrera de fondo hacia la Casa Blanca

La Convención del Partido Demócrata de Estados Unidos dará comienzo este lunes en la ciudad de Denver, estado de Colorado, sabiéndose ya quién es el compañero de fórmula de Barack Obama. Lo escogió a la medida de una de las críticas más acérrimas que le han hecho tanto desde la contrapartida republicana, como desde sus propias filas, su «debilidad» e «inexperiencia» en los asuntos de política exterior.

El designado es el senador por Delaware, Joseph Biden, presidente del Comité de Relaciones Exteriores de ese cuerpo legislativo, todo un conocedor, además, de los intríngulis de la política estadounidense y quien fuera uno de los contrincantes que aspiraba a entrar en la Casa Blanca, y no precisamente como segundón, pero el nuevo papel le viene de perilla, puesto que entonces no pudo demostrar capacidad protagónica y tuvo que retirarse bien temprano de la contienda.

El show electoral adquiere ahora otra categoría en el campo demócrata, mientras que el aspirante republicano, John McCain, mantiene todavía el hermetismo acerca del nombre que estará en su boleta de noviembre, pero algunos que hacen cálculos de cuántos votos puede aportar se preguntan sobre el poco peso que en ese sentido tiene el pequeño estado de Delaware.

Como se ve, nada es fácil en esta porfía por ser cabeza del imperio, y desde ya la prensa y hasta un spot televisivo de la competencia, comenzaron a exponer las «vulnerabilidades» de Biden: que si es «arrogante», que si «habla demasiado»... Y le están sacando como trapitos sucios algunas de las opiniones en contra o burlonas que dijo sobre Obama. Pero así son las cosas de la política.

Biden ha estado ocho veces en Iraq y si bien apoyó en un principio la invasión ordenada por George W. Bush, luego se convirtió en uno de sus críticos; también acaba de visitar la conflictiva Georgia, donde Washington se enfrenta desde la sombra a Rusia en el asunto de Osetia del Sur; y ha pisado otro suelo ensangrentado por la guerra, Afganistán, lo que podría presentar como aval en asuntos de seguridad nacional, un tema predilecto en el discurso de McCain.

«Resueltos» esos aspectos de la experiencia —Obama dijo de Biden que era un «socio efectivo» para andar «por aguas internacionales peligrosas»—, la balanceada pareja de senadores se alista para la Convención en que demostrarán la unidad demócrata de cara a noviembre, pues una de las principales oradoras será Hillary Clinton.

El cónclave está concebido como todo un espectáculo hollywoodense en el Pepsi Center, pues el escenario principal de la reunión que se desarrollará entre el 25 y el 28 de agosto sobrepasa en mucho las luces de la entrega de los Oscar y tendrá como espectadores directos a más de 4 000 delegados provenientes de cada punto cardinal de Estados Unidos, 15 000 periodistas y otras miles de personas que también quieren ver de cerca la reunión o participar en el discurso de aceptación como candidato que Obama dará en el estadio Invesco Field, con capacidad para 75 000 espectadores, y que su avezado equipo de campaña ha hecho coincidir con una fecha especial, el 45 aniversario del relevante discurso-legado de Martin Luther King, «Yo tengo un sueño».

No sabemos cuántos estarán en los alrededores con otra intención bien distinta, protestar contra la guerra y exponer los muchos problemas que aquejan a la economía y la sociedad estadounidense...

Contra ellos están prevenidos en Denver, como también sucederá entre el 1ro. y el 4 de septiembre cuando se reúnan los republicanos en la ciudad de St Paul, estado de Minesota. Ambas recibirán 100 millones de dólares de la administración Bush para que movilicen a miles de policías y soldados de la Guardia Nacional que «protegerán» ambas convenciones, empleen sistemas de vigilancia con cámaras de alta tecnología y cerquen las instalaciones hasta con alambradas semejantes a las que rodean su denigrante campo de prisión en la ilegal Base Naval de Guantánamo.

Como si fuera poco la Dirección Federal de Aeronáutica Civil de EE.UU. advirtió del «uso de la fuerza» si hay transgresiones de las restricciones de vuelo en los aeropuertos de esas dos urbes; también vigilan el Comando Conjunto de América del Norte y el Comando de Defensa Aeroespacial, y habrá cierres de autopista.

Esa es la preparación principal. A partir de esos días la suerte está echada y el juego a la democracia se ejecutará con el máximo de luces y fanfarria y no dejarán de ponerse unos y otros más de una sucia zancadilla. De aquí a noviembre habrá entretenimiento de sobra que ponga sordina a los estruendos ciertos de dos guerras que no acaban: Iraq y Afganistán, y a las estridencias de otros conflictos que asoman peligrosamente en un horizonte a la vuelta de la esquina.

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lunes, 25 de agosto de 2008

Otro socialismo real

Jorge Gómez Barata


Como parte de las deformaciones introducidas en la Unión Soviética, se estableció una concepción filosófica y política basada en una lectura de las obras de Marx y Lenin exclusivista y refractaria a las interpretaciones teóricas diferentes y descalificadota de otras a fuerzas políticas que, aunque de matriz socialista, eran criticas del estado de cosas imperante en la URSS y ponentes de tesis y proyectos políticos diferentes, menos radicales, incluso reformistas.

Aquel rechazo no fue gratuito, sino que estuvo basado en la actitud asumida por partidos y elementos la socialdemocracia europea ante la Primera Guerra Mundial y Revolución Bolchevique que generaron un distanciamiento que con el tiempo y los eventos políticos se tornó antagónico. La socialdemocracia se sumó al anticomunismo y al antisovietismo, mientras los otros se tornaron sectarios.

De ese modo a las tensiones de la batalla ideológica que inevitablemente el socialismo libraba contra la ideología liberal-burguesa y la reacción mundial, se sumaron la polémica y las confrontaciones con la intelectualidad progresista y la izquierda no marxista-leninista europea, que a la larga debilitaron a todas las partes y a todos los esfuerzos.

El hecho de que en la Europa ocupada por los nazis, las exigencias de la resistencia anti fascista se impusieran sobre diferencias filosóficas y desencuentros tácticos y estratégicos, generó un clima positivo que, después de la victoria contra Hitler, en los países de occidente, favorecieron alianzas y concertaciones que fueron la base de importantes procesos políticos de la postguerra en esos países.

En ese período, mientras los pueblos de la Unión Soviética con heroísmo impar reconstruían su inmenso y heroico país y únicamente con sus recursos sanaban las heridas de la guerra, levantaban la economía, contribuían a la reconstrucción de los países de Europa Oriental y al desarrollo de China y asumían los enormes costos de la Guerra Fría; con ayuda norteamericana, las fuerzas políticas de los países euroccidentales lideradas por socialistas y socialdemócratas, introdujeron reformas al sistema político que condujeron a la edificación de los llamados “Estados de Bienestar”.

Las reformas en la Europa de postguerra otorgaron un elevado protagonismo al Estado en el diseño y aplicación de políticas sociales, legislaciones laborales, sistemas de seguridad social que mediatizaron la acción del mercado, regularon las relaciones entre el capital y el trabajo, aunque preservaban las esencias de las sociedades explotadoras, eran de una obvia orientación socialista y significaban enormes conquistas para los trabajadores y los pueblos del Viejo Continente.

Aunque nunca se reconoció así, tal vez se trataba de un cierto avance hacía la realización de la tesis marxista acerca de que el socialismo se impondría en los países económicamente más avanzados, más o menos simultáneamente, percepción reforzada por el hecho de que se producían modificaciones estructurales que facilitaron que una parte de la plusvalía obtenida por los capitalistas fuera reintegrada a los trabajadores y la sociedad en forma de prestaciones sociales y aumentos salariales que propiciaron el aumento del consumo y el acceso al confort.

Aunque parezca de perogrullo, es preciso aclarar que la creación de los “Estados de Bienestar” no condujo a la solución de todos los problemas, no garantizó el pleno empleo, no acabó con la pobreza y, aunque dio lugar al reposicionamiento de las clases sociales, no suprimió la lucha entre ellas, produciendo la definición de prioridades y la introducción de nuevas formas de lucha. Con sus luces y sus sombras, la creación de los llamados “Estados de Bienestar” respondió a una etapa más avanzada del desarrollo económico y social.

Sin embargo, no sólo porque segundas partes nunca fueron buenas, sino por circunstancias asociadas al proceso político latinoamericano, condicionado por el subdesarrollo, la presencia de la oligarquía y del imperialismo, en nuestro continente no es pertinente imitar aquellas experiencias ni reivindicar a una socialdemocracia que por sus reiteradas inconsecuencias y sobre todo, por sus intereses de clase, terminó atrapada por el neoliberalismo, aunque sus realizaciones de antaño forman un interesante referente.

Cualquier tendencia a la imitación y a la adopción del reformismo socialdemócrata puede provocar la involución de las fuerzas populares, de sus organizaciones y de sus líderes. La autoctonía de nuestros procesos políticos los hace plurales, receptivos a todas las experiencias revolucionarias, nacionalistas y socialistas creando una apertura que sirve de base a la mayor concertación de fuerzas sociales, patrióticas, revolucionarias y progresista que nuestro continente haya conocido jamás.

Lo esencial del proceso latinoamericano de hoy es su contenido, ligado al desarrollo, la introducción de estándares de justicia social, la lucha contra la pobreza, la ignorancia, la insalubridad y la exclusión, la búsqueda de la soberanía nacional y el fin del sometimiento al capital extranjero y la reforma estructural del sistema político, que establezca de modo irreversible un orden institucional basado en la democracia, la participación decisoria y no sólo consultiva y la justicia distributiva.

Se trata de un proyecto que no define a priori sus fuerzas rectoras ni su liderazgo, no posee ni necesita dogmas doctrinarios, sino que toma lo mejor de las diferentes corrientes humanistas, dando lugar a una ancha plataforma política y a una base social en la caben todos los factores interesados en la marcha hacía adelante.

Nadie será ahora rechazado ni criticado por ser comunista o socialdemócrata, creyente o agnóstico y todo aporte será bien recibido. Por una vez en América Latina, izquierda es todo lo que no sea derecha y por una vez un proyecto político se distingue por su propuesta positiva. Tal vez sean los presidentes Chávez y Correa quienes lo han formulado del modo más claro y elegante: “Socialismo del siglo XXI, no para una época de cambio sino para un cambio de época”.

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domingo, 24 de agosto de 2008

La Guerra Tibia

Luis Luque Álvarez


El panorama es apacible. No hay nada que temer.

El presidente George W. Bush ha sentenciado que «la Guerra Fría acabó». Su secretaria de Estado, Condoleezza Rice, lo apoya: no hay que «exagerar» las diferencias entre Rusia y Occidente, pues no hay «una nueva Guerra Fría» entre manos. Lo mismo dice el secretario general de la OTAN, y el ministro de Relaciones Exteriores de Francia, y fulano, y mengano...

Todo es paz, sosiego. Los pajaritos cantan y las nubes se levantan...

No obstante, en tan idílico paisaje de las relaciones internacionales, EE.UU. y Polonia firmaron, como parte del ideado escudo antimisiles norteamericano, un acuerdo para instalar diez cohetes interceptores en ese país europeo. Ya en julio la República Checa dio su beneplácito para acoger un sistema de radares complementario del proyecto.

Dicen en Washington que es «para prevenir ataques desde Irán o Corea del Norte», ¡y a lo mejor algunos lactantes se lo creen!, no enterados de que Irán no posee la tecnología para fabricar cohetes capaces de llegar a Europa o a EE.UU. El objetivo, sin muchos rodeos, es Rusia: es privar a ese país de la capacidad de un hipotético primer golpe nuclear, que esperamos que jamás ocurra, pues ni los que propinen el primero, ni los que den el segundo, escaparán a un holocausto de inimaginables proporciones.

¡Uf! Y menos mal que la Guerra Fría ha pasado (tal vez estos amagos de armamentismo podrían ser llamados «Guerra Tibia», ¿no?).

La «tibieza» pudiera percibirse, por ejemplo, en que, si antes los misiles soviéticos y norteamericanos apuntaban hacia las ciudades del adversario, ahora son la República Checa y Polonia las que se colocan en el blanco de un posible ataque desde Rusia, que se siente justificadamente amenazada por un escudo antimisiles a sus propias puertas, y que pudiera además recortarles los suministros de petróleo y gas a ambos. Igualmente, si antes eran dos bloques de aliados los que estaban vueltos de espaldas, en la actualidad es un único bloque —el de norteamericanos y europeos— el que pretende aislar a Moscú, en represalia por la intervención militar de ese país para detener la invasión georgiana a Osetia del Sur.

Por añadidura, Washington presionó para que se suspendiera el Consejo OTAN-Rusia, hasta que las tropas rusas se retiren de Georgia. Y lo obtuvo. Pero Moscú, que «no cree en lágrimas», también anunció el congelamiento de la colaboración militar con la Alianza, porque, al parecer, cansado de que Occidente haga su voluntad sin pedirle su opinión —con los bombardeos a Serbia en 1999, con el desgarramiento de la integridad territorial de ese país al arrebatarle Kosovo, o con la cada vez más preocupante aproximación de la OTAN a las fronteras rusas—, estimó que era hora de que los vencedores de la Guerra Fría se cogieran el dedo con la puerta, porque ¿cómo permitir que un amiguito de estos se atreviera a dar un zarpazo a los sudosetas —mayoritariamente rusos—, y quedara impune?

Curiosamente, este incidente aporta variaciones —para mal— a las actitudes de algunos políticos europeos que antes, con buen juicio, consideraban erróneo acelerar la entrada de un buscapleitos como Georgia en la OTAN. En abril, durante la cumbre de la Alianza, la canciller federal alemana Angela Merkel declaró que «países involucrados ellos mismos en conflictos regionales o internos (típico caso georgiano) no pueden ser, desde mi punto de vista, miembros de la OTAN». Pero días atrás, en una visita a Tiflis, se retractó: «Georgia será miembro de la OTAN si así lo quiere», expresión que fue atenuada por un portavoz suyo poco después. A fin de cuentas, nadie en Berlín quiere que le cierren la llave del gas...

Todos estos desencuentros —desde la coyunda sobre el escudo antimisiles hasta el espaldarazo a las majaderías bélicas de Georgia— brotan del pozo de recelos de quienes, no conformes con haber visto el desmoronamiento de la Unión Soviética, desean una Rusia apocada, incapaz de actuar decididamente en la resolución de los problemas internacionales, y de la que solo se acuerden como fuente de materias primas para el oeste del continente.

Ese era el panorama de los 90. Pero ya son otros tiempos. Quien no acabe de entenderlo, corre el riesgo de verse envuelto en un conflicto cuya «tibieza» no tendrá nada que envidiar, por peligrosa, a la «frialdad» de antaño...

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sábado, 23 de agosto de 2008

¿Qué pasó, qué pasará?

Juan Gelman


Hay muchos puntos oscuros en el conflicto ruso-georgiano, pero algunos están claros. Georgia atacó a Osetia del Sur y prácticamente destruyó la capital, Tsjinvali. Zonas residenciales, la universidad, los hospitales, fueron barridos con el resultado de 1500 civiles osetios muertos, según fuentes rusas y occidentales. “El bombardeo de la fuerza aérea y de la artillería dejó a la capital sin agua, alimentos, electricidad y gas” (AP, 9-8-08). La respuesta rusa fue aplastante y también eso está claro. Lo oscuro es por qué Tiflis, amiguísima de la Casa Blanca y viceversa, emprendió una aventura condenada al fracaso de antemano.

Georgia es una avanzada militar de EE.UU. y la OTAN en la frontera con Rusia y no se encuentra lejos del conflicto que arde en Asia Central. No sólo: Osetia del Sur es la encrucijada de oleoductos y gasoductos estratégicos para Occidente. En abril pasado, W. Bush apoyó en todos los tonos el pedido de Georgia de ingresar en la OTAN, no sin cierta inquietud de los europeos. No obstante, la OTAN prometió enviar asesores militares en diciembre próximo. Se adelantó el Pentágono: en julio instaló más de mil marines y soldados en la base militar georgiana de Vaziani, en la frontera con Osetia del Sur, para adiestrar a las tropas georgianas en misiones de combate. Efectivos estadounidenses –1200– y georgianos –800– efectuaron maniobras conjuntas a mediados de julio en un operativo bautizado “Respuesta inmediata”. El ataque fue en agosto. Rara coincidencia, ¿verdad?

Georgia incrementó notoriamente su capacidad militar en el 2007. El Ministerio de Defensa de la Federación Rusa asentó en el documento titulado “Sobre la ayuda militar a Georgia de otros países” (blog.wired.com/defense, 19-5-08) que Tiflis había recibido “206 tanques, de los que 175 fueron proporcionados por los estados de la OTAN, 186 vehículos blindados (126 de la OTAN), 79 cañones (67 de la OTAN), 15 helicópteros (12 de la OTAN), 70 morteros, diez sistemas de misiles tierra-aire, ocho aviones de reconocimiento sin piloto de Israel y otras armas”. No es difícil colegir que la acción fue preparada y coordinada por militares estadounidenses y otaneros. También israelíes: el diario Ha’aretz, de Tel Aviv, informó que Temur Yakobashili, ministro georgiano de Asuntos de Reintegración (de las repúblicas autónomas de Abjasia y Osetia, territorios que alguna vez fueron de Georgia) declaró que “Israel debería sentirse orgulloso de sus militares, que entrenaron a los soldados georgianos”. Esto sugeriría que el tablero de juego es mucho más amplio que Osetia del Sur.

Georgia no forma parte de la OTAN. Oficialmente. De hecho, sí: en abril de 1999 acordó, apenas finalizada la guerra en Yugoslavia, una alianza militar con la OTAN y desde entonces Tiflis ha recibido un incesante flujo de armas de técnica avanzada. Este acuerdo sirve para proteger los intereses de los gigantes petroleros en Medio Oriente y Asia Central. Israel, por su parte, está asociado a la explotación del ducto Bakú-Tiflis-Ceyhan, controlado por la British Petroleum, que transporta petróleo y gas natural de Azerbaiján: recibe por ese medio más del 20 por ciento del oro negro que necesita. Este ducto ha cambiado la geopolítica de la región y fundado un nuevo bloque prooccidental que integran Azerbaiján, Georgia, Turquía e Israel. Ahí no terminan las aspiraciones israelíes en la materia.

Tel Aviv no sólo quiere energéticos para su propio consumo: también aspira a reexportar el petróleo del Caspio a los mercados asiáticos vía el puerto de Eliat y negocia con Turquía la construcción de ductos que transportarán agua, electricidad, gas natural y “petróleo que Israel destinará luego al Lejano Oriente” (www.jpost.com/serviet), desempeñando así un papel estratégico en la protección de esa red. Se explica que destine ayuda militar y entrenamiento a Georgia y Azerbaiján. Y luego, qué más cerquita queda Irán.

¿Qué habría perseguido EE.UU. al alentar al ataque georgiano, sabiendo cómo reaccionaría Rusia y que no tendría futuro? ¿Fue un “juego de guerra”, como sus militares acostumbran a planear? ¿Busca Occidente crear un duro enfrentamiento, no necesariamente militar por ahora, con Rusia? Es el incidente más grave que los enfrenta desde la crisis de los misiles en Cuba de 1962. Moscú declaró que sus barcos de guerra no bloquearán los buques-tanque petroleros que parten del puerto georgiano de Poti en el Mar Negro, pero que se reserva el derecho de registrar todas las naves que van y vienen para impedir que Tiflis reciba armamento por mar. Los rusos hundieron ya una embarcación georgiana dotada de misiles que pretendía atacarlos (www.counterpunch.org, 12-8-08). Esto recién comienza.

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viernes, 22 de agosto de 2008

Cambio histórico en Paraguay

Stella Caloni


La asunción del ex obispo Fernando Lugo en Paraguay, liderando la Alianza Patriótica por el Cambio (APC), además de ser un hecho histórico en un país bajo el dominio del Partido Colorado por mucho más de 60 años, que mantuvo una dictadura alienante durante 35 años (1954-1989) replegada en las estructuras del poder hasta ahora, es también trascendente para fortalecer la integración de América Latina.

Su discurso marcó con precisión lo que entiende por verdaderos cambios en el país y sus primeros actos fueron más que simbólicos, como también sucedió con algunas referencias históricas que no dejaron dudas y dieron lugar a las primeras editoriales de algunos medios ligados a los viejos poderes.

El día antes de que Lugo asumiera el poder también hubo actos que marcaron una línea divisoria con el pasado cuando en un Foro popular y presidencial se realizó una jura simbólica ante miles de personas y por primera vez las comunidades indígenas que llegaron desde distintos lugares bendijeron la tierra. Eso en Paraguay fue un salto de siglos para los eternamente olvidados y excluidos.

Lugo no usó traje ni corbata, sino una camisa paraguaya que tenía reminiscencias de la que usaba el mariscal Francisco Solano López, a quien como otros que lucharon y murieron por un Paraguay independiente, se intentó dejar en el olvido de los mausoleos y homenajes. Mucho se hablará de este discurso histórico.

Pero también de los primeros actos ligados a su política de integración que son esclarecedores y nada simbólicos. A horas de haber asumido firmó con el presidente Hugo Chávez, de Venezuela, 12 acuerdos de cooperación que priorizan energía, educación y agricultura. Lo hizo nada menos que en San Pedro de Ycuamandiju, región de los olvidos donde fue obispo y donde tejió su trabajo con los pobres en el contexto de la Teología de la Liberación.

El gobierno de Venezuela se comprometió a suministrar el petróleo que necesitara Paraguay y los documentos suscriptos sientan las bases de una relación bilateral, que nadie duda también fortalecerá al Mercado Común del Sur.

Chávez propuso al nuevo presidente un plan de alfabetización -de reconocido éxito en Venezuela y Bolivia- y un proyecto de desarrollo conjunto agroindustrial, y se firmó una carta de compromiso para integrar a Paraguay a la cadena internacional Telesur. Para un país que estuvo en un aislamiento informativo de mucho más de medio siglo, es otro paso gigante. En los pasillos del Mercosur y de Unasur no pasaba inadvertido que la llegada de Lugo al poder en Paraguay es clave para avanzar en temas que difícilmente podían pasar por las puertas de hierro del Partido Colorado.

Pero también se presupone que Argentina y Brasil tomarán definitivas posiciones con relación a los beneficios que debe recibir Paraguay de las represas de Itaipú y Yaciretá que comparte con ambos países, respectivamente.

El tema estuvo en el discurso de Lugo al recordar que en la integración, los hechos de justicia deben superar argumentos estrictamente jurídicos. En el caso de Itaipú se cambie o no el Tratado, Paraguay deberá recibir precio justo, el precio de mercado, lo que de hecho aumenta sustancialmente el ingreso por esa represa, que fue un modelo de corrupción en ambos países. Los términos del acuerdo de 1973 sobre Itaipú, fijaba en partes iguales el derecho a la energía generada. Pero Paraguay sólo utiliza 17 de 50 por ciento que le corresponde y el resto lo vende a Brasil a un precio que ya resulta inadmisible.

Esto pretende ser explotado en estos momentos por algunos medios para plantear enfrentamientos a corto plazo en el Mercosur. Pero ya hay ejemplos de que temas similares comenzaron a repararse esencialmente por los cambios que se han producido en este organismo, donde se elevó la visión política de la integración. Hubo nuevos acuerdos en el tema de gas que Bolivia provee a Brasil y Argentina, con el presidente Evo Morales, entre otros casos.

Lugo ya mantuvo conversaciones a fondo con los gobiernos de Argentina y Brasil en los últimos meses. Pocos días antes de su asunción en un encuentro con este periódico en Uruguay, el nuevo presidente paraguayo habló de su visión sobre la integración que esperaba y la importancia que tiene para su gobierno que esta avance y se profundice en el corto plazo. Hay que "vencer vicios internos, superando realmente las asimetrías, marcando la solidaridad, y dejando de lado los elementos que la atrasan" para enfrentar los desafíos externos que afectan a todos los países en su conjunto. Sabe los duros problemas que deberá enfrentar y reconoce "que todo sería mucho más difícil y casi imposible en algunos casos si no existiera este nuevo mapa en América Latina, nunca visto. Sentirse rodeado de solidaridades no es lo mismo que andar solo el camino".

Para Lugo la integración también ayudará profundamente a resolver la situación de desigualdad que admite como "explosiva" en su país. "Cuando uno se enfrenta a inaceptables desigualdades sociales donde un sector agroexportador que suma 7 por ciento de la población total del país de más de seis millones de habitantes es dueño nada menos que de 93 por ciento de la superficie cultivable de la tierra, mientras que 93 por ciento de la población vive en el restante 7 por ciento de esa superficie, nadie puede dudar que las consecuencias son desoladoras".

Por eso y por los dos millones de campesinos sin tierras viviendo en la absoluta pobreza, habrá "ineludibles prioridades". El tema de la tierra es clave. Desestima que la unidad de la Alianza compuesta por varios partidos sea fácil de romper. "Hemos trabajado como una fuerza diversa y abierta, sumando siempre y sabiendo todos que es una oportunidad única de la que no podemos regresar. Mantenerla es un aporte que haremos también a la integración de América Latina".

Analiza que la integración no sólo debe ser de gobiernos sino "una expresión de los pueblos del continente, para que nunca pueda quedar a la deriva de los acontecimientos o de las circunstancias políticas que puedan producirse en cada uno de nuestros países". Tiene otra certeza: que en todos los países con mayor o menor intensidad se ha llegado a un punto de saturación de las inequidades sociales generadas por un sistema cuya expresión máxima es el neoliberalismo que condenó al ser humano a las mayores humillaciones e injusticias. "Hemos entrado en un camino sin retorno. Y lo estamos viendo en América Latina."

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La batalla de Bolivia

Juan Diego García


El abrumador respaldo otorgado a Evo Morales por el pueblo de Bolivia en el pasado referendo (más del 67%), superior inclusive al porcentaje que lo eligió presidente y con incrementos muy significativos en las regiones separatistas bajo el control de la derecha, despeja muchas dudas. Pero los apoyos alcanzados por los Prefectos rebeldes, desconociendo los resultados que le son adversos y sobre todo llamando abiertamente a la intervención militar y la guerra civil arrojan enormes sombras sobre el panorama inmediato de este país andino.

Resulta sintomático que mientras el gobierno central se ha mantenido escrupulosamente dentro de las reglas del juego democrático, la oposición ha traspasado la línea de la legalidad una y otra vez, en plena armonía con las tácticas clásicas del golpe de estado. La derecha ha saboteado la redacción de la nueva constitución (sin éxito), ha promovido referendos separatistas ilegales y violenta sistemáticamente la voluntad de la ciudadanía mediante el terror en las calles. Perdido el gobierno central conserva sin embargo un enorme poder pues controla aún los resortes principales de la economía (bancos, fábricas, grandes comercios y sobre todo el latifundio) y posee casi un monopolio completo de los medios de comunicación mediante los cuales adelanta las típicas campañas de desinformación, manipulación y siembra de zozobra entre la población. Además, gobierna en algunas regiones (las más ricas).

Los gobiernos progresistas del área apoyan a Morales, no solo porque comparten en líneas generales la orientación social de su programa y adhieren al espíritu nacionalista de sus medidas sino también –y en no poca medida- porque todos temen las tendencias separatistas que bien podrían fomentar fenómenos similares en sus propios países. Sobre todo cuando esos movimientos contrarios a la unidad nacional están promovidos y financiados desde el exterior por gobiernos metropolitanos y compañías multinacionales, ambos muy afectados por su pérdida de influencia en la zona.

El mayor temor de la derecha es que se apruebe la nueva constitución. En particular, se destaca la oposición cerrada del gremio terrateniente que teme una reforma agraria integral que socave los fundamentos de su misma existencia. Pero también se oponen los demás sectores del gran capital que tanto se han beneficiado de las anteriores políticas neoliberales. En su empeño están respaldados abiertamente por la embajada de Estados Unidos que conspira sin ninguna discreción, financia con generosidad sus iniciativas y apoya políticamente a la derecha en su intento por derrocar a Morales.

Con el presidente está la gran mayoría del pueblo, a juzgar por las votaciones recientes. Evo cuenta por ahora con un capitalismo de estado aún de modestas dimensiones, fruto entre otras cosas de las nuevas medidas de control de las multinacionales; ha tenido el respaldo de las fuerzas armadas (que no es poco) y parece confiar no solo en el nacionalismo de los militares sino también en su misma extracción étnica y de clase. La derecha, en cambio, sabe que es minoritaria y ni siquiera los buenos resultados en algunas regiones le dan suficientes garantías. De hecho, la participación en los llamados referendos autonómicos fue bastante lánguida, introduciendo grandes dudas sobre el supuesto apoyo abrumador que la derecha alega poseer. ¿Hubieran sido reelectos los prefectos separatistas si en sus localidades las elecciones hubiesen sido realizadas con plena libertad y sin el terror implantado por las bandas fascistas de las “juventudes cruceñas” contra los partidarios de Morales ?.

Pero su falta de respaldo lo compensa sobradamente la derecha con su poder económico, su control mediático y la esperanza –nunca perdida- de un golpe militar que venga a salvarla. Si Morales consigue empezar a reformar radicalmente la tenencia de la tierra (para lo que es indispensable el respaldo del ejército y la policía) desatará un proceso social imparable que dará al traste con la parte más agresiva de la oposición y debilitará mucho las tendencias separatistas. Además, el presidente boliviano tiene margen para negociar con las regiones el reparto de los beneficios de los recursos naturales quitando así a los separatistas su bandera más preciada. El gobierno central no puede tolerar sin embargo que grupos de matones se apoderen de las calles, humillen en la plaza pública a los representantes de los indígenas (un espectáculo de racismo transmitido al mundo por la televisión), impidan a las autoridades hacerse presentes en las zonas rebeldes y apaleen delante de las cámaras al jefe de la policía de Santa Cruz, sin consecuencias (al menos que se sepa). Que un latifundista gringo se permita el lujo de echar de su propiedad (a tiro limpio) al ministro boliviano de la reforma agraria, parece la gota que colma el vaso.

La batalla de Bolivia demuestra que, al menos en estos pagos, no basta con tener razón; no es suficiente contar con toda la legitimidad y moverse dentro de unas leyes que, entre otras cosas, no creó el pueblo sino esa misma burguesía levantisca, racista y belicosa que ahora las desconoce y viola con la mayor impunidad.

La batalla de Bolivia remite nuevamente al debate sobre las posibilidades reales de un régimen democrático burgués en países en los cuales aún dentro del capitalismo parece imposible realizar
reformas y abolir privilegios aberrantes. Unas clases dominantes cuyo principal objetivo es vegetar en la incuria, expoliar a las mayorías y parasitar a la sombra de sus protectores imperialistas se acomodan bastante bien a proyectos como el neoliberal pero por la misma razón se sienten amenazadas por procesos de desarrollismo y nacionalismo y - como no podía ser de otra manera- se aterrorizan ante la perspectiva de un cambio de orden social que las obligue a trabajar, a ser útiles y productivas, a practicar aunque sea por una vez en su existencia el ideal calvinista que se supone condición indispensable para generar el capitalismo.

Evo Morales tendrá que jugar a fondo sus cartas si quiere retomar la dirección del proceso. Tiene al pueblo consigo; tiene el apoyo de los pueblos vecinos y la simpatía de muchos gobiernos latinoamericanos; tiene, por ahora, no solo las armas de la ley sino las armas mismas que puede y debe usar en defensa de los intereses mayoritarios de la población. En la batalla de Bolivia parece que el pueblo ya ha manifestado claramente su decisión de ir hasta el final. Ahora, Morales y su gobierno no pueden ser inferiores a tanta generosidad y entrega, no pueden defraudar las ilusiones de tantos millones de gentes que han puesto en ellos la responsabilidad de dirigir no solo la batalla presente sino las muchas que depara el futuro y que el pueblo no se puede dar el lujo de perder.

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jueves, 21 de agosto de 2008

¡Detengan ese barco!

Luis Luque Álvarez


Los ácidos intercambios entre, por una parte, Washington y Bruselas, y Rusia, por el tema de la respuesta rusa a la invasión georgiana a la república de Osetia del Sur, sumó a un actor importante en la región: Ucrania, cuyo gobierno, como el de Georgia, también aspira a que su país ingrese en la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN).

Cuando los presidentes de Estonia, Lituania, Letonia y Polonia volaron a Tiflis la pasada semana para ostentar sus coincidencias antirrusas con el presidente Mijaíl Saakashvili, en aquel acto en el que ondeaban banderas norteamericanas, uno de los oradores fue el mandatario ucraniano Víctor Yuschenko, de tendencia «proeuropea», según la calificación al uso en el argot de los medios periodísticos.

Como todos iban contra Rusia, Yuschenko no se iba a quedar atrás, y por un decreto, estableció que cualquier movimiento de los buques militares rusos estacionados en la ciudad ucraniana de Sebastopol, sede de la Flota Rusa del Mar Negro, debía ser notificado a Kiev con al menos 72 horas de antelación. Incluso, las naves que se habían fondeado ya frente a las costas georgianas corrían el riesgo de perder la autorización para regresar a puerto.

A las claras, esta sería una medida aplaudida por los aliados de Georgia y vendría siendo como otra estrellita en el expediente para poder agilizar la entrada a la OTAN. ¡Hombre! Si a los barcos rusos se les impide volver, y además, se les ofrece a los adversarios de Rusia la posibilidad de utilizar sistemas de radares en el oeste de Ucrania, que hasta ahora son operados de conjunto por expertos de Moscú y Kiev, ello significa para Washington y Bruselas poder tener más a la mano el control del Mar Negro, crucial en el tránsito de los recursos energéticos que provienen de antiguas repúblicas soviéticas.

Sin embargo, con el apuro, el presidente Yuschenko no ha reparado en que bloquear el acceso de los barcos rusos, además de que no ayuda a aplacar las tensiones —algo que está intentando hacer Francia al frente de la presidencia rotatoria de la Unión Europea—, se sale del contexto legal de un acuerdo firmado por Ucrania y Rusia en 1997, por el que Moscú tiene garantizada su presencia naval en Sebastopol hasta 2017.

Cabe explicar que el grueso de las naves de la Flota del Mar Negro pertenece a Moscú, que posee en usufructo buena parte de las instalaciones navales de ese sitio. El alquiler le cuesta unos 100 millones de dólares anuales, pero se deducen de la deuda energética de Kiev con el gigante euroasiático.

Precisamente en este detalle se advierte uno de los contrasentidos del gobierno de Yuschenko, al no tomar en cuenta la dependencia de su país de los combustibles rusos. Ya en enero de 2006, al no llegar a un acuerdo sobre los precios —que Ucrania, lógicamente, pretendía que siguieran bajos—, el país sufrió un corte en los suministros. ¡Y en Europa occidental se lo sintieron, pues las tuberías son las mismas...! ¿Vale la pena entonces, cuando no se tiene la razón (porque fue Georgia la agresora), andar atizando fuegos que, al final, incendiarán la casa propia?

Por otra parte, la idea de Yuschenko puede llevarlo a hacer el ridículo, porque ¿qué método efectivo podría emplear para detener la entrada de barcos rusos a Sebastopol, como no sea arriesgando una ampliación del conflicto? Nada más se dio a conocer el decreto, el almirante ruso Vladímir Komoyédov, ex Comandante de la Flota del Mar Negro, recordó que ese cuerpo no está subordinado al presidente de Ucrania ni debe acatar sus decisiones.

De todos modos, para evitarse desencuentros como estos, ya Rusia prepara una base naval en sus propias costas del Mar Negro, en la localidad de Novorossik, que debe quedar lista para 2012. Y claro, sin ingenuidades, habría que añadir que si las eventuales conversaciones sobre el estatus futuro de Osetia del Sur y Abjasia traen el resultado de que sus ciudadanos —mayoritariamente rusos— desean la separación de Georgia y la integración de ambos territorios en Rusia, pues Moscú podría disponer igualmente de las costas abjasas para dar cobijo a su flota. Y acrecentaría su influencia en la región.

Ese escenario, no obstante, aún es algo nebuloso. Por ahora, solo se necesita bajar un poco los tonos...

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miércoles, 20 de agosto de 2008

Los rebullones

José Vicente Rangel


En el imaginario galleguiano el rebullón es un pájaro de mal agüero. Cuando las bandadas de rebullones se abaten sobre las sabanas llaneras la gente se persigna. Su vuelo es premonitorio de tragedias. Así ocurre en la actualidad con algunas voces de la oposición. Si el país no hubiera vivido la experiencia del 11 de abril y el sabotaje petrolero, posiblemente no atribuiría a los heraldos negros de estos días la connotación que en realidad tienen.

Preceden, sin duda, a aventuras que se gestan en algunos sectores que ya olvidaron lo que pasó en Venezuela en los años 2002-2003. En esos años los anuncios agoreros -anticipo de la trama que se tejía- no despertaban sospecha sobre sus verdaderas intenciones.

Había un gobierno ingenuo en Miraflores y también una oposición mayoritariamente ingenua -como se demostró al final de la aventura cuando muchos manifestaron haber sido víctimas de un grotesco engaño-. La combinación de diversas formas de lucha para demoler el orden constitucional, desde el discurso en la plaza pública, el mensaje mediático, la movilización guarimbera, caotizadora de las ciudades, el empleo de la mentira en todas sus formas, la descalificación brutal de las instituciones, desembocó en la traición de un grupo de oficiales manipulados por dirigentes políticos y dueños de medios opositores. Basta con recordar los ataques bestiales a la leyes habilitantes, la embestida personal contra el Jefe de Estado, el llamado a desconocer la Constitución de 1999, cuyas bondades democráticas ahora descubren. Todo concluiría ese 11A por la tarde cuando una multitud que desconocía los planes golpistas fue lanzada sobre la sede del Ejecutivo.

Previamente se montó la masacre y un diario nacional anunció, en edición extra, que la batalla final era en Miraflores.


II
El actual formato es idéntico. No hay cambio alguno, salvo que para ese entonces la oposición contaba con los recursos y fuerza que ahora no tiene. Es patética la falta de imaginación de quienes pretenden reeditar lo sucedido seis años atrás. Se pronuncia Fedecámaras (el cascarón que queda); se pronuncia Conindustria (lo que resta); se pronuncia Fedenaga (lo que sobrevive); se pronuncia la CTV (inexistente); se pronuncia la Cámara de Comercio (¿existe?); se pronuncian intelectuales y columnistas incondicionales de los medios comprometidos con la desestabilización; se pronuncia el movimiento 2-D, híbrido de opinadores y dirigentes políticos; se pronuncia la Conferencia Episcopal (ahora con un cardenal que no es Velasco); se pronuncian los medios escritos, radiales y algunas televisoras (los mismos que lo hicieron el 11A); se pronuncian cadáveres muertos y vivos; y se pronuncia, por ejemplo, la Academia de Ciencias Políticas y Sociales, especie de museo de cera que, de pronto, advierte que "el 350 de la Constitución llama a la desobediencia civil, y que hay que utilizar los recursos jurídicos que permitan construir la base para aplicar el referido artículo". Y la Academia va más allá: sus directivos manifiestan que "se impone pedir la renuncia de los magistrados de la Sala Constitucional que prefieren exponerse a la vergüenza pública de sus decisiones a tener que enfrentar el temor de decirle no al Presidente". La presidenta de la institución se deja de pendejadas y declara sin rubor que "las leyes habilitantes dan la posibilidad de decretar cualquier propiedad como de utilidad pública, sin procedimiento previo (?), la intervención de la cadena alimentaria (?), lo cual permite violentar la intimidad de los ciudadanos y que el Estado defina cómo hay que vestirse, lo que se debe comer, cómo transitar, cómo vivir y qué comprar" (?).

¿Qué leyes leyeron estos señores? Desde luego que ninguna de las aprobadas por el Presidente. Pero el propósito no es establecer la verdad de la nueva legislación, es convertir las 26 leyes habilitantes y los inhabilitados en detonante subversivo. Ambos temas forman parte del paquete que un sector opositor maneja de forma sesgada en el contexto de la actual campaña electoral. Conectado con mensajes sediciosos dirigidos a los cuarteles y a una campaña internacional contra la democracia y el estado de derecho venezolanos. Pretende crear ese sector las condiciones para un Plan B el próximo 23 de noviembre. Mi conclusión al respecto: 1) Hay un sector de la oposición dispuesto a participar democráticamente en el proceso para elegir gobernadores y alcaldes. Lo hace con la convicción de que hay que asumir la lucha cívica porque otras formas conducen al fracaso y fortalecen a Chávez. 2) Hay sectores que participan con una carta oculta en la manga y están dispuestos, si los resultados electorales les son adversos, a denunciar como siempre un fraude. 3) Y hay sectores que definitivamente trabajan para el golpe. Su mensaje se basa en el desconocimiento de todos los poderes públicos. En su discurso sostienen que en Venezuela hay una dictadura, que no hay estado de derecho ni libertad, y que, por tanto, hay que salir de Chávez como sea. Esto no es nuevo. Es el mismo planteamiento que condujo a la oposición al desastre en el año 2002. Poco a poco, por el control mediático de esos sectores, por los recursos económicos nacionales y extranjeros que manejan, les están imponiendo las reglas a la oposición, decidiendo sobre candidaturas y la táctica. Se repite el solapamiento de los partidos, que esos mismos sectores lograron entonces, que anuló el poder de decisión de éstos e impuso la línea que los lanzó por el despeñadero. ¿No se dan cuenta los verdaderos dirigentes opositores del riesgo que corren? ¿Permitirán que los medios, la Academia, Fedecámaras, gremios, la Conferencia Episcopal, el extrapartido 2-D, se impongan otra vez?.


LABERINTO
Lectura de Evo. Muchos, incluyendo simpatizantes del presidente boliviano, daban por segura su derrota en el referéndum. El cúmulo de problemas manipulado por la ultraderecha de ese país, por el agresivo establecimiento internacional con el concurso de dinero y medios, creó una imagen de caos. Pero se impuso la fortaleza telúrica y social de un proceso, y una conducción hábil, acertada, que no cayó en provocaciones. Evo Morales es mucho más que él: es un pueblo. Por eso la equivocación. Igual pasa con otras expresiones del proceso de cambio que ocurre en la región...

Lo niegan en Colombia, pero es cierto: se resquebraja la relación de Uribe-Santos. Ambos se necesitan, pero están conscientes de que cada uno mueve proyectos que terminan enfrentándolos. Uribe tiene la popularidad; Santos cuenta con resortes claves del poder. Los dos tienen el beneplácito de Washington, pero Santos es el operador privilegiado...

Por cierto, es estrecha la relación Santos-Baduel...

La respuesta de EEUU a la cancelación de la Base de Manta por Ecuador se orienta a suspenderle los beneficios arancelarios al país (diplomacia del garrote)...

Negocio es negocio: John Green, asesor de McCain, cabildea a favor de una licorera -propiedad de la esposa del candidatoasociada a Cuba. Pero su jefe insiste en el bloqueo...

La reunión de Chávez con el Consejo Mundial Judío dejó sin aliento al escualidismo nacional e internacional. En especial al mediático. Los medios locales de oposición optaron por desestimar su importancia.

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martes, 19 de agosto de 2008

¿Quién hará la revolución?

Luis Britto García


¿REVOLUCIÓN?
Revolución es transformación radical del régimen de propiedad sobre los medios de producción y de las relaciones de producción mediante los cuales los hombres se organizan para crear los bienes necesarios para la existencia.

¿REVOLUCIÓN SOCIALISTA?
La Revolución socialista coloca los medios de producción bajo propiedad social y sustituye las relaciones de explotación y subordinación por las de solidaridad e igualdad de oportunidades.

¿QUIÉN LA HACE?
Hace la Revolución una clase social o fracción de clase o alianza de clases que se rebela contra la explotación que le impone un modo de producción, transforma las fuerzas productivas y la propiedad sobre ellas, construye nuevas relaciones de producción y las expresa mediante novedosas superestructuras políticas y representaciones ideológicas.

¿HAY CLASES EXPLOTADAS EN VENEZUELA?
¿Será verdad que en Venezuela no hay clases, que los latifundistas expulsaron a los campesinos hacia las ciudades, que nuestra burguesía importadora no supo producir para los obreros ni bienes ni empleos? Repito cifras del Instituto Nacional de Estadísticas (INE): para el segundo semestre de 2007, de nuestros 27.403.078 habitantes, 65% integramos una fuerza laboral de 19.110.435. Para el primer semestre de 2007, unos 91.962 venezolanos se ocupan en agricultura, cría, pesca y caza; 1.328.699 manufacturan bienes; 1.025.197 construyen inmuebles; 91.962 extraen y transforman hidrocarburos; 964.752 transportan y almacenan bienes; 51.111 laboran en los servicios de electricidad, gas y agua. Insisto en que son las bases de una poderosa clase obrera. La ocupación influye en la conciencia: los obreros industriales son los más organizados, disciplinados y combativos; los de la construcción laboran frecuentemente a destajo y son más dispersos. Todos trabajan mucho y ganan poco. Son los llamados a instaurar la propiedad social sobre los medios de producción y las nuevas relaciones de producción.

¿HARÁN LA REVOLUCIÓN LOS EMPRESARIOS?
¿Será cierto que, según el ministro del Trabajo Roberto Hernández Wohnzieler en abril de 2008 “En Venezuela presenciamos el hecho de que buen número de empresarios han asumido el proyecto socialista y no hay razón legítima para que los obreros, unidos, encaren su propio proyecto”? En el film soviético Aelita, de Protazanov, un obrero exclama: “¿Una princesa dirigiendo una revolución proletaria? ¡No lo creo!” Yo tampoco. Unos 356.970 patronos proveen insuficiente empleo para nuestros 19 millones de trabajadores y se apropian del fruto de su trabajo: en 2007 el 20% más rico de la población confisca el 47,7% del ingreso, y el 60% más pobre apenas se reparte el 29,7% de él. Ninguna clase dominante renuncia sin lucha a sus privilegios.

¿QUIÉN PRENDE LA MECHA?
Las clases sociales no hacen la Revolución en forma homogénea y simultánea. Una fracción o grupo de clase explotada puede asumir dinámicamente la propulsión de las transformaciones, y actuar como vanguardia. Pueden ser vanguardias fracciones de clase o de clases explotadas, movimientos sociales, partidos, fracciones del Estado, un ejército revolucionario, una intelectualidad, una alianza entre tales grupos. Para que una vanguardia asuma su condición de tal, debe contar con el consenso o la confianza de un amplio sector de una clase o de varias clases explotadas; para que la Revolución avance, debe existir identificación plena entre la vanguardia y los explotados; para que culmine, la vanguardia debe postular e imponer una ideología revolucionaria.

¿TENEMOS VANGUARDIAS REVOLUCIONARIAS?
Tenemos, si vamos a ver, lo que tenemos que tener. ¿Tendremos movimientos sociales determinantes de la vida política mediante movilizaciones como la del 27 de febrero de 1989 y la del 13 de abril de 2002? ¡Presentes! 2) ¿Tendremos partidos revolucionarios? ¡Presentes! 3) ¿Tendremos fracciones del Estado comprometidas con un cambio revolucionario? ¡Presentes! 4) ¿Hay sectores revolucionarios en nuestro ejército? ¡Presentes!

¿TENEMOS UNA INTELECTUALIDAD REVOLUCIONARIA?
Trabajador intelectual es aquél cuyo trabajo es más mental que físico. Intelectual es quien a partir de la prominencia obtenida en su obra creativa interviene de manera crítica y comprometida en el debate público. Los intelectuales son la vanguardia de los trabajadores intelectuales, pero pueden serlo de la Revolución y del género humano. Marx, Lenin, Mao, Fidel son intelectuales. Digo son, porque su pensamiento todavía mueve montañas y humanidades. Ese pensamiento no tiene otro fin que librar al ser humano de las vendas de la ideología y de la esclavitud del trabajo no creativo. Los intelectuales crean revoluciones porque quieren que toda la humanidad goce la dicha de crear. La derecha y cierto funcionariado mienten a voz en cuello y por todos los medios nacionales e internacionales que la intelectualidad está con la oposición. Nada más falso. El talento es independiente de la ideología, pero pocas veces un proceso revolucionario ha contado con tan compacto equipo de pensadores y creadores que lo apoye desinteresadamente. Los intelectuales están con el proceso aunque el proceso a veces no esté con los intelectuales. Sólo los ciegos no pueden verlos, o no pueden ni verlos. Sólo quien no está ciego es intelectual.

¿TRABAJAN NUESTROS TRABAJADORES INTELECTUALES?
Todavía busco cifras actualizadas sobre nuestro número de estudiantes, de profesionales, técnicos y afines, de investigadores. Para 1987 teníamos unos 748.825 profesionales, técnicos y afines, un 15% de la fuerza de trabajo, de los cuales 8% estaban desempleados, y contábamos con 509.802 egresados de Educación superior, de los cuales estaban desocupados 23%. Quizá estas proporciones influyeron en las turbulentas décadas que siguieron. Para 2007, unos 2.557.393 trabajadores intelectuales laboran en comercio, restoranes y hotelería; 557.237 en financiamiento, seguros e inmuebles; los servicios comunales y sociales ocupan 3.412.180 personas. ¿Cuántos profesionales y técnicos tenemos? ¿Cuántos se integran cada año al mercado de trabajo? ¿Cuántos ha absorbido y puede absorber nuestro sistema productivo? ¿Cuántos están desempleados o en situación que los sociólogos llamarían de “disonancia de status”? ¿Influye esta exclusión social en la derechización de algunos de ellos? ¿Qué ha salido a lo largo de cinco décadas de un sistema educativo y unos medios de comunicación progresivamente copados por la contrarrevolución? ¿Cómo revertir el proceso? ¿Cómo utilizar esa capacidad científica y técnica para construir un país soberano e impedir que sea una rémora? Cada noche centenares de miles de trabajadores intelectuales remachan las cadenas de la servidumbre; cada amanecer miles de intelectuales las disuelven con el fulgor de la idea.

¿TENEMOS, O SOMOS?
Los intelectuales producen el instrumento primordial de sometimiento o de liberación, que es la ideología. Las cadenas que oprimen al proletariado son mentales, pero para romperlas debe poder verlas a la luz de la idea. Así como los obreros se afanan o se extinguen en sembradíos, minas, talleres, los intelectuales se enlodan o se liberan en los aparatos ideológicos: academias, laboratorios, medios. Cuando todo les es negado crean o conquistan sus propios aparatos y combaten como guerrilleros. En Venezuela y en el mundo esta batalla ha seguido siempre, sin cesar un segundo, sin dejarse vencer por reflujos, desorientaciones ni retiradas escandalosas. Contra la idea de la riqueza oponen los intelectuales la riqueza de la idea: la única que sólo tiene sentido si es compartida. No es un trabajo: es un destino.

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Petróleo: soberanía y territorio

John Saxe-Fernández


Fue lamentable la ausencia de la geopolítica y de la seguridad nacional e internacional en la agenda del debate senatorial sobre la reforma energética. Ello por el papel crucial del Senado en política exterior; porque México y Pemex son “asuntos de seguridad nacional” para EU y además porque desde finales de 2007 supimos que se contemplaba usar empresas de seguridad (mercenarios) de esa nación para “proteger” la infraestructura de Pemex-CFE. Después, siguiendo el guión de Washington Calderón anunció el Plan México rebautizado Iniciativa Mérida (IM) en intento vano por desvincularlo del Plan Colombia (PC), plagado de masacres y despojos oligárquico-imperiales.

El PC y la IM fueron pactados en 2000 y 2008. Recuperar la experiencia colombiana es de gran valor: PC e IM fueron concebidos en función de intereses monopólicos y geoestratégicos de EU. Su objetivo es reorganizar la matriz territorial y explotar enormes riquezas naturales estratégicas. Son acciones privatizadoras y diplomilitares para conservar a Latinoamérica como reserva estratégica. Más ahora que escasean recursos vitales y EU importa 60 por ciento del crudo que consume.

Como dice Ignacio Ramonet en el prólogo de El terrorismo de Estado en Colombia, Caracas 2007, de Hernando Calvo: el entramado oligárquico-imperial impulsa el desalojo de quienes viven “en territorios inmensamente ricos. Sus tierras pasan a manos de terratenientes, jefes paramilitares y poderosos intereses económicos”. Se trata de tierras, gas y petróleo; minería, forestas, biodiversidad y agua.

Según Carlos Lozano, de la Comisión de Notables para el Proceso de Paz, “el PC fue una decisión del gobierno de EU, elevada a política de Estado mediante la aprobación del Congreso. El texto original… fue en inglés… Para que los congresistas (conocieran) su contenido… tuvo que ser traducido”. En EU la aprobación legislativa la logró Clinton, movilizando a Madeleine Albright, secretaria de Estado, y al general Barry MacCaffrey, zar antidrogas y ex jefe del Comando Sur. Sorprendió la ausencia del gobierno colombiano entre quienes discutieron y defendieron el proyecto ante el subcomité de la Cámara baja del Congreso estadunidense. Con MacCafrey comparecieron: el jefe del Comando Sur, dos ex embajadores de EU en Colombia y Lawrence Mariage, vicepresidente de Occidental Petroleum.

El historial del PC muestra que el combate al narco, crimen o terrorismo sirve para encubrir y justificar la proyección y ocupación militar de EU en Colombia y que la IM hace lo propio acá y en Centroamérica. Su andamiaje, como ilustra Calvo ad nauseam, se concreta en “una guerra privatizada con mercenarios legalizados”. Mariage sintetizó la intención así: “El sector privado tiene enormes intereses estratégicos y vitales en juego en ese país y por eso el paquete de ayuda por mil 574 millones debe ser aprobado cuanto antes…” Solidarios con Mariage: British Petroleum, Caterpillar, Bechtel & Pfizer, US Columbia Business y nueve petroleras de EU, casi todas contratistas de Pemex.

El interés en el petróleo de Colombia, México y Venezuela se percibe claro: Bogotá es el séptimo exportador a EU y el tercero en América Latina después de Venezuela y México. Así lo explicó el almirante James Stavidris, jefe del Comando Sur: “La energía es otro factor involucrado en los vínculos hemisféricos. Tres de las cuatro principales fuentes de energía de EU están en el hemisferio: Canadá, México y Venezuela… y en las próximas dos décadas EU aumentará su consumo de petróleo y gas natural en 31 y 62 por ciento, respectivamente… Debemos asegurar estos recursos energéticos y la infraestructura de apoyo…”

Coda: senadores y diputados de los principales partidos han sido agasajados por la embajada de EU con giras al Comando Norte. Ahí platican sobre estos asuntos con Stavidris o Víctor Renuart Jr., jefe del Comando Norte. Ante esta artillería diplomilitar, ¿por qué no debatir aquí “petróleo, soberanía e integridad territorial”?

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lunes, 18 de agosto de 2008

Le salió mal

Juan Gelman


Ocurre. A veces. El presidente georgiano Mijail Saakashvili creyó posible imitar a su gran amigo Bush e invadió Osetia del Sur, territorio que alguna vez formó parte de Georgia y que se convirtió en república autónoma en 1991, cuando la implosión de la ex Unión Soviética. Así tiñó de rojo la “revolución rosa” que lo llevó al poder, con el apoyo de EE.UU.: más de mil civiles osetios muertos. Calculó mal: la respuesta rusa fue contundente y Saakashvili debió pedir auxilio a su aliado norteamericano, que acusó a Moscú de agresor ante el Consejo de Seguridad de la ONU. Todo al revés.

Hace un año que, a pesar de no estar en conflicto con nadie, Saakashvili aumentó en proporción sin precedente el presupuesto militar nacional: más del 86 por ciento... Esto reveló su ambición de reclamar los territorios de Abjasia y Osetia del Sur que Georgia perdió en las guerras de comienzos de los años ’90.

La Casa Blanca financió el incremento y proporcionó equipos a las tropas georgianas por valor de 34 millones de dólares sólo en el 2007. No asombra que Tiflis ampliara de 850 a 2000 el número de sus efectivos en Irak, era parte del trato. A finales de ese año, Saakashvili declaraba el estado de sitio y reprimía a una multitud que reclamaba su renuncia y que lo obligó a apañar nuevas elecciones para ser reelecto. De paso, clausuró un canal televisivo y otros medios favorables a la oposición (www.allheadline.news.com, 7-11-07). No ha cambiado mucho en Georgia desde la era soviética con este paladín de “la libertad y la democracia” que dijera Bush, valores que Saakashvili dice amar: por la TV norteamericana.

Rusia no es precisamente un dechado en la materia, pero el régimen de Saakashvili no se diferencia de una satrapía corrupta. Human Rights Watch y Amnesty International denuncian desde hace tiempo la práctica de la tortura en las cárceles, por otro lado repletas de opositores políticos. Son juzgados por “traición a la patria”. Le sucedió a Irakli Okruashvili, ex ministro de Defensa, cuando en el 2006 decidió formar un partido de oposición. “Trabajé con Mijail Saakashvili durante más de seis años. Era su mano derecha. Al minuto de pasarme a la oposición, me llamaron criminal”, declaró este hombre profundamente antirruso y que tampoco vacilaría en invadir Osetia (www.spiegel.de, 4-1-07). Algunos sugieren que los habría separado el reparto del botín. A saber.

La táctica de la “blitzkrieg” empleada con éxito por los nazis fue un fracaso para el georgiano. Hay aspectos militares del ataque francamente curiosos. Saakashvili creyó que podía ocupar un territorio que limita con Rusia sin cortar la frágil línea de abastecimiento que une a los dos países: un túnel de casi 3000 metros de altura que atraviesa la cadena montañosa del Gran Cáucaso y que la aviación georgiana podía haber cerrado con pocas bombas del lado de Osetia del Sur. Pero el túnel siguió abierto y la razón no estribaría en una falta de conocimientos estratégicos de los militares georgianos. Pareciera que fue otra cosa: Saakashvili habrá pensado que Moscú no reaccionaría para evitar más tensiones con EE.UU. y la Unión Europea.

Esta imitación de la costumbre de invadir que practica la Casa Blanca no tomaba en cuenta ni el poderío militar ruso, ni la determinación absoluta del Kremlin de impedir que EE.UU. se meta en sus zonas de influencia, ni el escaso –por ahora– deseo de Washington de enfrentar militarmente a Moscú en territorio ruso. El presidente georgiano tampoco incluyó en sus cálculos el temor de Occidente a que se viera interrumpida a bombas rusas la salud del oleoducto que va de Bakú al puerto turco de Ceyhan y transporta hidrocarburos de Azerbaiján sorteando el monopolio de los ductos rusos. La reacción de EE.UU. fue cauta: anunció ayuda para su “aliado democrático” pero sólo envió dos vuelos con asistencia humanitaria y abundó en amenazas verbales. Incluso los países de la OTAN no se mostraron de acuerdo con la posibilidad de imponer al Kremlin sanciones económicas: Rusia satisface entre un 20 y un 25 por ciento de las necesidades energéticas de Europa Occidental. El petróleo es eso: petróleo.

El Kremlin aceptó –con condiciones– la tregua que el presidente francés Nicolas Sarkozy le presentó en nombre de la Unión Europea, pero no frena las matanzas y saqueos de las milicias separatistas de Osetia del Sur y, al parecer, tampoco el movimiento de sus tropas en Georgia. El conflicto se abre en una región donde el peligro de una tercera guerra mundial no es una fantasía. Aun así, no falta la nota cómica: el candidato republicano John McCain declaró su interés en mantener “buenas relaciones entre EE.UU. y Rusia, pero en el siglo XXI las naciones no invaden a otras naciones” (www.washingtonpost.com, 14-8-08). Olvidadizo el hombre.

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