sábado, 13 de diciembre de 2008

Ecuador en el laberinto del Plan Colombia

Eduardo Puente Hernández *


Uno de los oficios más duros, delicados y hasta peligrosos sin duda es el del periodismo de investigación, quien lo asume debe tener la capacidad de leer más allá de las declaraciones oficiales, esa percepción de que hay algo más de lo que aparece como evidente, mirada aguda para no solo ver las cosas que pasan sino para observar aquello que permanece oculto o que se lo quiere mantener oculto. Además debe tener la suficiente sagacidad para ubicar las fuentes adecuadas que le permitan ir armando la trama que explican los hechos, pero sobretodo debe existir un compromiso ético en buscar la verdad de los acontecimientos y expresarla frontalmente, sin temor.

Esos atributos se desprenden del último libro de Kintto Lucas, La guerra e casa –De Reyes a la Base de Manta-, y son una característica constante en sus investigaciones periodísticas, que se han visto reflejadas en diversos libros, como Plan Colombia. La paz armada y La Rebelión de los indios entre otros.

Este nuevo libro muestra como cada día el Plan Colombia involucra más a la sociedad y al estado ecuatoriano en el conflicto colombiano.

No es la primera vez que dentro del ajedrez de la geopolítica regional se ha pretendido involucrar a Ecuador en conflictos internos de otros países. Sin embargo, no hay nada comparable a la urdimbre guerrerista que se está armando, o mejor dicho que ya está armada, y en la cual nuestro país ha caído por no tener una política internacional sólida coherente con los principios de dignidad y de soberanía, según se concluye de la lectura del nuevo libro de Lucas.

Ecuador ha sido utilizado e involucrado en el Plan. Un ejemplo fue cuando aviadores militares colombianos, junto con sus pares estadounidenses navegaron dentro del espacio aéreo ecuatoriano en aviones que partían de la Base de Manta. Resulta risible la justificación de algunos militares ecuatorianos que al ser consultados sobre la veracidad de la información, dijeron que eran ciertas, pero que los pilotos colombianos se iban a la cola del avión cuando estaban en espacio ecuatoriano, y ellos hacían lo mismo cuando se hallaban en espacio colombiano. Los únicos que no iban a la cola ni en Ecuador ni en Colombia eran los militares estadounidenses. Otro ejemplo fue el de las fragatas de Estados Unidos partiendo del puerto de Manta para interceptar barcos ecuatorianos cargados de migrantes, cumpliendo la función de policía ecuatoriana, e incluso para hundir los barcos, en hechos que deben esclarecerse.

El libro de Lucas también informa sobre la existencia de la Escuela de Selva y Contrainsurgencia del Coca, donde se entrenan soldados ecuatorianos y de varios países latinoamericanos, que, según la ex Embajadora de Estados Unidos, Kristey Kenney, es uno de los mejores centros de instrucción militar del hemisferio, convirtiéndose, en la “cara oculta de Estados Unidos en Ecuador”.

La guerra en casa –De Reyes a la Base de Manta también analiza las posturas contradictorias, confusas y apresuradas de Ecuador frente al Plan Colombia, y coloca en el debate dos aspectos sumamente graves.

Por un lado, devela que el objetivo de la política del presidente colombiano Alvaro Uribe y del gobierno de Estados Unidos de involucrar a nuestro país en el conflicto de Colombia parece haberse cumplido.

Por otro evidencia la complicidad de algunos militares, policías, políticos y diplomáticos ecuatorianos para que las pretensiones guerreristas se cumplan.

De la lectura del libro se puede concluir que los actos de provocación, las declaraciones del gobierno de Uribe de inculpar a las autoridades ecuatorianas de vínculos con las FARC, y las acusaciones contra el gobierno ecuatoriano de ser contemplativo con esa guerrilla en nuestro territorio, tenían como objeto poner a Ecuador en situación defensiva permanente y obligar a que sus fuerzas armadas se involucren en el combate a los insurgentes.

La invasión y bombardeo a nuestro territorio el 1 de marzo de este año, fue un acto de fuerza de Uribe, para deslegitimar cualquier intento del gobierno de Quito de actuar en la liberación de los rehenes. El libro evidencia que el mandatario colombiano conocía desde hacía meses los movimientos de Raúl Reyes, ¿por que no actuó militarmente cuando Reyes estuvo en territorio colombiano?

Ecuador ya está involucrado en la guerra entre los insurgentes colombianos, los paramilitares y el gobierno de Alvaro Uribe, para muestra Lucas señala cifras: “El ejército y la policía de Colombia tienen aproximadamente 400.000 hombres, de los cuales 4000 hombres están destinados a las zonas de frontera con el Ecuador, es decir el 1 por ciento y reciben para su accionar 7.500 millones de dólares (…) En tanto Ecuador cuenta con 60.000 efectivos entre Fuerzas Armadas y Policía, De ellos 11.000 están ubicados en destacamentos de la frontera” esto significa el 25 % del total de la fuerza pública ecuatoriana e implica un gasto de 80 millones de dólares anuales. Ecuador está asumiendo el papel de “yunque” contra la guerrilla que le asignó el Plan Colombia.

Otro aspecto importante que se detalla en el libro, es la infiltración de la CIA (Central de Inteligencia Americana) y de la inteligencia militar colombiana en la policía y fuerzas armadas ecuatorianas. De allí se explica la detención en Quito y extradición a Colombia del dirigente de las FARC Simón Trinidad, quien habría estado negociando la liberación de rehenes con delegados europeos. Pero lo más grave es el ocultamiento de información de militares ecuatorianos, vinculados a los servicios de inteligencia del Estado, a sus superiores militares y civiles, que se reveló tras el bombardeo a Angostura; y el papel de elementos especializados de la Policía actuando junto a las fuerzas colombianas, lo que demuestra el avance en la complicidad interna.

A eso se suman los errores, omisiones e ingenuidad en la política internacional y militar de Ecuador hacia Colombia.

La Guerra en Casa -De Reyes a la Base de Manta- es un libro necesario para entender el complejo laberinto en que está entrando Ecuador al involucrarse en el conflicto colombiano y el Plan Colombia, al cual es fácil entrar pero difícil salir.


*Magíster en Estudios Latinoamericanos. Ex Subsecretario de Cultura de Ecuador. Actual director de la Biblioteca de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO).