viernes, 15 de agosto de 2008

Estados Unidos estudia y produce las armas biológicas

Juana Carrasco Martín


Quienes se pasan la vida acusando a otros de producir armas de exterminio masivo, acaban de evaluar, o mejor decidir, el lugar donde ubicarán su nuevo biolaboratorio nacional, para —según dicen— estudiar «algunas de las amenazas biológicas más virulentas del mundo».

El llamado Departamento de Seguridad de la Patria (HSD) de Estados Unidos, engendro represivo y controlador creado por la administración de George W. Bush para su selectiva guerra contra el terrorismo, echó a un lado las opiniones de los expertos y decidió que el estado de Mississippi, específicamente en la localidad de Flora, albergará la nueva instalación que a un costo de 451 millones de dólares comenzará a construirse en 2010 y llevará cuatro años tenerla lista. Con ella reemplazarán al complejo de investigación de la aislada Plum Island, a unos 160 kilómetros al noreste de la ciudad de Nueva York.

La información la ha dado la Associated Press, con carácter exclusivo, y de acuerdo con documentos internos del HSD que la agencia noticiosa obtuvo... ¡Hmmm!

Eran cinco los lugares que estaban en el prorrateo final de la ubicación del Laboratorio Nacional de Bio y Agro Defensa pero, como en ocasiones anteriores, la Casa Blanca de Bush tomó la decisión sin ni siquiera escuchar a los comités de la Cámara y el Senado que deben aprobar los dineros para este asunto.

Según comentó AP este es el último ejemplo de lo que sus críticos llaman la politización de decisiones de esta administración, como ocurrió cuando guiaron de la mano las opiniones científicas para restarle importancia al calentamiento global o pusieron en práctica los despidos de jueces y fiscales del Departamento de Justicia que no estaban en su línea política.

El cuestionamiento al procedimiento de elección que eliminó las aspiraciones de California, Georgia, Maryland, Missouri, Texas y Wisconsin, entre otros 17 que también querían abrirles sus puertas a ese centro, es la esencia de la información. Como argumento en contra de Mississippi esgrimen que no hay allí suficientes trabajadores calificados y familiarizados con enfermedades humanas y de animales altamente contagiosas, que pudieran devastar la industria ganadera estadounidense, de la que Mississippi es parte.

Siguiendo esa arista debatida de la ubicación, el representante John Dingell, demócrata de Michigan que preside el Comité de Energía y Comercio de la Cámara, comentaba que «parece que el subsecretario (del HSD) responsable por este programa puede haber corrompido el proceso de selección del sitio poniendo su pulgar en la escala a favor de un sitio en particular y su contratista, en violación de sus propias reglas y pasando por arriba de las objeciones de sus propios consejeros».

El contratista pudiera ser Battelle Memorial Institute, que ya maneja otros laboratorios del susodicho Departamento.

Todo se centra en la tajada del pastel que se les va, y poco o nada se enfoca en aquello que será objeto de estudio o sería preferible preguntarse si de producción para sus arsenales bélicos: la fiebre aftosa, la enfermedad africana de los puercos, la encefalitis japonesa, la fiebre del Valle de Rift, y los virus Hendra y Nipah, que son los mencionados por AP.

Precisamente Estados Unidos ha utilizado algunas de esas terribles enfermedades y plagas como armas biológicas, y esa guerra secreta, no declarada e ilegal, ha tenido a Cuba y su pueblo como blanco durante largas décadas. Conocemos bien de esos ataques: la fiebre porcina introducida para destruir esa masa animal que era básica en la alimentación; el dengue hemorrágico que cobró la vida de más de un centenar de cubanos, casi todos niños, y de la que fue uno de sus autores confesos el agente de la CIA Eduardo Arocena; la plaga trip palmi para eliminar la cosecha de la papa y otros cultivos...

Se sabe que el Plan Bush contra Cuba tiene incluso un capítulo secreto en el que pueden estar concebidas todo tipo de agresiones. No es paranoia entrelazarlo también con este laboratorio para «el estudio de las enfermedades más virulentas del mundo»...