jueves, 22 de mayo de 2008

Conexión Posada Carriles-Oficina de Intereses en La Habana debe ser investigada por un fiscal de EEUU

José Pertierra


La República Bolivariana de Venezuela solicitó al gobierno de los Estados Unidos, el 15 de junio de 2005, la extradición de Luis Posada Carriles. Este individuo está encausado y sujeto a una orden de arresto en Venezuela por 73 cargos de homicidio calificado, es decir, por la muerte de todos los pasajeros que volaban en un avión civil cubano el 6 de octubre de 1976 y que cayó al mar frente a las costas de Barbados, después de estallar en el aire debido a dos bombas de C-4.

El Departamento de Estado ha respondido a nuestra petición con una solitaria Nota Diplomática fechada 9 de noviembre de 2006, en la cual el gobierno nos dijo que “pronto” nos enviarían algunas “preguntas” sobre el caso. Aún no hemos recibido esas preguntas ni una respuesta a nuestra solicitud para su extradición.

A principios de este mes en Miami, Posada Carriles le habló a un grupo de 500 seguidores en un club privado de Miami, llamado el “Big Five”. Durante su presentación, el terrorista nuevamente incitó a la violencia. Dijo: “No podemos esperar que se muera Fidel Castro . . . que Raúl se equivoque. La Libertad no se mendiga. Se conquista con el filo del machete. Le pedido a Dios que afile nuestros machetes, porque vienen momentos difíciles”.

Permitir, como hace el gobierno de los Estados Unidos, que este terrorista confeso y condenado viva libremente en Miami e incite a sus seguidores a la violencia es indignante. Es indignante también rehusarse a invocar el Acta Patriota para encarcelarlo, como hace alegremente el gobierno norteamericano cuando se trata de un ciudadano musulmán. Y es indignante rehusarse a cumplir, como hace el gobierno de los Estados Unidos en este caso, con los acuerdos internacionales de extradición que lo obliga a enviarlo a Venezuela o a procesarlo en este país por asesinato.

El pasado 7 de mayo el gobierno de Venezuela le entregó una Nota Diplomática a los Estados Unidos en protesta a las ofensivas palabras de violencia de Posada Carriles, pronunciadas mientras existe un proceso pendiente contra el terrorista en Venezuela y una solicitud de extradición ante el gobierno de los Estados Unidos. En la Nota Diplomática, Venezuela nuevamente le pidió al gobierno estadounidense que le imponga una orden de detención preventiva con fines de extradición. El Departamento de Estado aún no ha respondido.

Ayer, nos enteramos que el cómplice principal de Posada Carriles, su patrón financiero, Santiago Álvarez Fernández Magriñat, le envía dinero a los disidentes en Cuba, a través del Jefe de la Sección de Intereses de los Estados Unidos (SINA) en Cuba, Michael Parmley.

Santiago Álvarez Fernández Magriñat es la persona que ilegalmente trajo Posada Carriles a los Estados Unidos en marzo del 2005 a bordo del yate Santrina. Participó en una acción terrorista en Boca de Samá en Cuba el 12 de octubre de 1971, que causó la muerte a dos personas, mientras una niña perdió su pierna. Aunque no estaba presente en Panamá con él en ese momento, ayudó a Posada Carriles con la logística del plan para hacer volar una sala de la Universidad de Panamá en el año 2000 durante un acto en que pudiesen haber asesinado a cientos de estudiantes. Financió la defensa de Posada en Panamá e incluso envió un avión al aeropuerto Tucumán para garantizar la fuga del terrorista hacia su guarida en Honduras.

Álvarez financió y dirigió a un pequeño grupo de terroristas que infiltraron a la provincia de Villa Clara en Cuba el 26 de abril de 2001 con el propósito de hacer estallar bombas contra la población civil en Cuba. Podemos escuchar su voz en una grabación donde conversa con uno de los terroristas que envió a Cuba, Yhosvani Sury, en la cual le decía que lanzara dos latas de explosivos dentro de Tropicana, el más popular cabaret habanero.

Santiago Álvarez Fernández Magriñat está preso en los Estados Unidos por tener un arsenal de armas en el Condado de Broward del sur de la Florida: armas automáticas, granadas, lanza granadas, silenciadores, máscaras anti-gas, etc. Durante esta época pos 11 de Septiembre, la “justicia” estadounidense lo sentenció a solamente 16 meses de cárcel.

En vez de extraditar al terrorista Posada Carriles, el gobierno de los Estados Unidos lo protege y le permite que incite a sus seguidores a la violencia en Miami. También parece que envía su principal diplomático en La Habana para que sirva de “correo de dólares” a los supuestos disidentes en Cuba. Dólares que provienen, nada más y nada menos, que de uno de los cómplices principales por décadas de Posada Carriles: Santiago Álvarez Fernández Magriñat.

Esto demuestra tal complicidad del gobierno de los Estados Unidos que debería ser investigado por un Fiscal independiente del Departamento de Justicia y por los correspondientes comités del Congreso de los Estados Unidos.

Entre los temas que necesitan ser investigados están los siguientes:

¿Por qué los Estados Unidos siguen desentendiendo la solicitud de extradición contra Posada Carriles?

Para evitar más actos terroristas, ¿por qué los Estados Unidos se rehúsa a encarcelar a Posada, utilizando el Acta de Patriota y sus propios reglamentos relacionados con solicitudes de extradición?

Si es verdad y legal que un diplomático estadounidense (el jefe de la Sección de Intereses de los Estados Unidos en Cuba) sirve como correo de dólares de un convicto terrorista.

En nombre de las víctimas de CU-455 y de sus familiares, Venezuela insiste en la urgencia de estas investigaciones y en la inmediata extradición de Luis Posada Carriles a Caracas.


*José Pertierra es un abogado con bufete en Washington que representa al gobierno de Venezuela para la extradición del terrorista Luis Posada Carriles.