martes, 27 de enero de 2009

Bolivia Siiiiiiii

Randy Alonso Falcón


“Es el tercer triunfo. Vamos de triunfo en triunfo. Los neoliberales, los vendepatrias, están siendo derrotados permanentemente gracias a la conciencia de los bolivianos”, exclamó el Presidente Evo Morales ante la multitud enardecida que llenó la Plaza de Armas de la capital boliviana para celebrar el triunfo en el Referendo Constitucional.

Más de un 60 por ciento de los votantes dio su respaldo a la nueva Carta Magna, pese a la feroz campaña de odio y oposición de la derecha oligarca y racista. Una victoria que cimenta el camino iniciado el 18 de diciembre de 2005, cuando Evo fue electo como el primer campesino indígena que llegaba a la Presidencia del país andino y continuado el 10 de agosto de 2008, al obtener el apoyo del 67 por ciento de sus compatriotas con derecho al voto en el revocatorio.

Lo ocurrido este domingo es un espaldarazo el propósito que trajo al gobierno el Movimiento al Socialismo (MAS) de crear un Estado unitario, plurinacional, multicultural, con derecho de gobierno con autonomía para los 36 pueblos originarios. Es una ruptura con los 180 años de dominio de los grupos económicos y políticos vinculados a la minería, la agroindustria y las finanzas.

“Hoy se refunda el país con igualdad para los boliviano y bolivianas y respeto para los indígenas humillados históricamente, finaliza el colonialismo interno y externo y se acaba la subasta de los recursos naturales”, enfatizó Morales en su discurso.

La nueva Constitución refrenda el derecho a la vida de los bolivianos, su acceso a los servicios básicos, a la educación y la salud gratuitas, reconoce la diversidad lingüística y establece la defensa de los recursos naturales de la nación.

También en la jornada del 25 de enero se le dio un primer mazazo al latifundismo, reduciendo la propiedad permitida hasta las 5 mil hectáreas, en un país donde las mejores y la mayor parte de las tierras están en muy pocas manos.

El resultado es además excelente noticia para los esfuerzos integradores en América Latina y el Caribe, que han tenido en Evo Morales a uno de sus estandartes.

Evo contará ahora no sólo con el apoyo mayoritario del pueblo en su determinación de forjar una nueva y mejor Bolivia, sino que también tendrá en sus manos la inapreciable arma de la Constitución.

Deberá, eso sí, continuar enfrentando los embates de los potentados de la Media Luna, enardecidos por la votación cosechada en Santa Cruz, Pando, Tarija y Beni, quienes buscarán tensar la confrontación, azuzar la violencia y abortar el proceso de independencia nacional y justicia social que el pueblo refrendó a nivel nacional en las urnas.

La batalla contra las fuerzas de la exclusión, el oscurantismo, el racismo y el separatismo no ha concluido, pero se ha ganado un tremendo combate. Bolivia ratificó su decisión de cambiar la historia a favor de las grandes mayorías.

Ahora habrá que buscar en el Congreso que se aprueben las cerca de 100 leyes que se necesitan para implementar a plenitud la nueva Constitución. En diciembre habrá una nueva confrontación cuando se realicen las elecciones presidenciales y parlamentarias. El pueblo leal a Evo se alista para esos combates.