miércoles, 5 de marzo de 2008

Colombia entre la tragedia y la comedia

Américo Díaz Núñez


La mentira se volvió arma y burla contra la verdad. Con ella se destruye naciones y se asesina impunemente.


Los grandes cómplices de los mentirosos, cuando no los protagonistas, son los medios de comunicación social convertidos en arietes de la maldad, la traición y los golpes bajos contra las causas justas, las personas y los pueblos.

El gobierno de Álvaro Uribe en Colombia masacra y anuncia las matanzas con macabras sonrisas de alborozo y cinismo criminal.

La muerte física de quienes ahora pasan a ser mártires de Colombia quiere ser convertida, tras inútil intento de sus ejecutores intelectuales, en asesinato moral de los guerrilleros abatidos, mediante patrañas tan burdas que parecen comedia risible, si no fuera porque representan una tragedia para el hermano país.

Veamos:

--El país agredido, Ecuador, es culpable ahora por brindar protección a terroristas feroces a quienes “se ejecuta” --dicho por el gobierno colombiano— en territorio ajeno, a sabiendas de que estaban negociando el intercambio humanitario de prisioneros o rehenes. Es decir, la violación de la soberanía nacional de Ecuador es cosa de poca monta, de la que no vale la pena hablar.

--Raúl Reyes había sido hasta su asesinato el jefe guerrillero que coordinaba con los gobiernos de Venezuela, Ecuador y Francia la entrega de los rehenes en manos de las FARC. Uribe presentó su cadáver como un trofeo de guerra en Bogotá, cuando en realidad fue en vida un vocero del proceso hacia la paz mediante el intercambio humanitario de prisioneros.

--La única persona con posibilidades de lograr la liberación de los prisioneros, Hugo Chávez, es el otro “cómplice de los terroristas”, a quienes financió en pago de una deuda adquirida cuando salió de la cárcel en los años 90, todo lo cual está en la computadora de Raúl Reyes, una especie de archivadora de la torcida historia inventada por Uribe El Tracalero, quien llevará al presidente venezolano al Tribunal Penal de La Haya. ¡Adonde debería ir él por genocida!

--¿Cómo contrarrestar lo dicho por un presidente derechista como el de Francia cuando afirma que sólo Chávez puede lograr la liberación de los rehenes y que Raúl Reyes era su interlocutor en el caso de Ingrid Betancourt? Uribe lo consiguió muy fácil: matando al interlocutor y anunciando llevar a Chávez a la justicia por “financiar el terrorismo”. Conociendo su obsesión criminal, muchos creen que no quiere que la ex candidata presidencial salga viva de la selva, porque puede derrotarlo electoralmente con la tesis de una solución política de la guerra interna colombiana.

--Como si nada de lo anterior fuera lo suficientemente grotesco para su gusto, el genocida que ocupa el Palacio de Nariño ordena a sus voceros policiales decir que en la computadora de Raúl Reyes también se registra la compra de 25 kilos nada menos de uranio para “perpetrar ataques terroristas”, aunque no explica cómo. ¡Se copió la patraña contra Irak y contra Irán de sus patrones imperiales, aunque esos países no cuentan con la selva amazónica donde montar sus enormes instalaciones atómicas ni con las anguilas o tembladores para producir la electricidad que las mueva!

Tragedia y comedia se entremezclan en este teatro del horror que es hoy Colombia en manos de los guerreristas norteamericanos que manejan a Uribe a su antojo.

Pero éste dejó de ser un problema de los colombianos solamente.

La aventura de la violencia y la guerra ya voló a sus vecinos y los amenaza en su propia tierra. Ecuador fue invadido por tropas y aviones, y Venezuela por paramilitares contratados para matar y desestabilizar.

¡Bolívar nos ilumine para salir de este laberinto creado por el gobierno imperialista del señor Bush!

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