sábado, 19 de abril de 2008

Opáta la mundo

Mabel Rehnfeldt


Lo habrá calculado toda la noche, no lo habrá dejado dormir. Se habrá levantado varias veces a caminar, tomar agua, habrá pasado y repasado mil veces el libreto hasta que se le prendió la lamparita y chasqueó los dedos en medio de la oscuridad.



Y al amanecer del martes pasado, Nicanor anunció el fin del mundo: Guerrilleros habían ingresado desde Venezuela, Bolivia y Ecuador. Bombas estaban escondidas en radios comunitarias de San Pedro. Extranjeros bien entrenados estaban ocultos en céntricos hoteles capitalinos. Y el domingo iban a volar estaciones de servicio. Todo parecía indicar que finalmente el fin del mundo había llegado; los cuatro jinetes del Apocalipsis que siempre vinieron al país por separado, habían decidido aterrizar todos juntos en Paraguay.

“Opáta la mundo” dijo mejor que nunca el diario Crónica al mostrar nuestra versión criolla del emperador romano que nombró cónsul a su caballo.

Le pregunté a mi amigo Augusto que todo lo sabe si había visto las bombas en las radios comunitarias de San Pedro y el muy despistado me dijo que la última vez que fue allá no vio ni bombas de agua. Cuando le dije que no se parecían las unas a las otras se pichó y dijo que iba a comprar unas bombas de chocolate para consolarse.

Peor me fue cuando busqué los guerrilleros. Un comisario amigo me dijo que habían apresado unos cuantos pero resultaron ser cuatro colombianos que vendían caramelos para juntar plata e ir a ver jugar su club en la Libertadores. También apresaron a un argentino técnico del Canal Fox que vino para levantar una antena para transmitir el partido de Libertad y terminó preso. Y ni qué decir los periodistas franceses que cuando terminaron su entrevista con una presa marcharon también ellos presos a la comisaría donde les costó mucho explicar a los señores “coisarios” que los guerrilleros de Venezuela, Colombia y Ecuador hablan español. No francés.

El aviso del Apocalipsis tomó desprevenidos a todos los que no habían tenido tiempo de ensayar el coro. El Ministro de Defensa Nelson Alcides Mora dijo que todo era posible. El Fiscal General del Estado Rubén Candia que nada sabía y que no había denuncias sostenibles para abrir una investigación fiscal. Llamativamente nadie le avisó a Ortúzar. Pero como siempre hay alguien que algo sabe, Rogelio salvó la plata.

Hoy ví una foto de un ómnibus pintado de negro fosforecente con letras incadescentes que reza: SERVICIO DE INTELIGENCIA Y ULTRA ESPIONAJE. En serio le digo. No es broma. No se ría. Es cosa seria esto, tanto que se estacionó al costado del palco donde la ANR cerró su campaña el miércoles pasado.

Y allí entendí que “opátante la mundo”. Debemos ser el primer país del mundo que tiene un equipo “ultra espionaje” pintado de negro y con carteles publicitarios. Me gustaría protestar por la leyenda de “Servicio de inteligencia”, pero bueh, cada quien sabe cómo hace su servicio.

Y hablando de servicio, ¿ya sabe por quién NO va a votar?

PD: Gracias Yor, Néstor y Crónica por ponerle una sonrisa a nuestra vida y por prestarme el dibujito!!!

Nota de Koeyú. Traducción del guaraní "Opáta la mundo" es "Se va terminar el mundo"